John O'Neill trabajó para el FBI durante 25 años, y llegó a ser el mayor experto en el terrorismo de Al Qaeda. Empezó a investigar el terrorismo islámico cuando tuvo lugar el primer atentado de 1993 contra las Torres Gemelas. Su gran olfato y obstinación le convirtieron en un experto cazador de terroristas. Así, en 1995, O’Neill logró el arresto, en Pakistán, de Ramzi Ahmed Youssef, el cerebro del atentado de 1993.
O'Neill investigó también los atentados contra las embajadas estadounidenses en Dar-es-Salaam y Nairobi en 1998, y en octubre del 2000 en Yemen contra el navío de guerra USS Cole.
Pero a partir de su investigación en el ataque de Yemen, en octubre de 2000, John O'Neill se encuentra con que las autoridades estadounidenses le empiezan a poner pegas hasta conseguir retirarle del caso. Ocurría algo muy simple: ya se estaba acercando la fecha de septiembre de 2001, y no interesaba llegar hasta el final de las investigaciones.
A partir de ese momento no se le permite al agente O'Neill avanzar en sus investigaciones sobre Bin Laden y la red Al Qaeda. Y no sólo eso, el agente antiterrorista del FBI se encuentra con que de repente empieza a ser desacreditado por sus propios jefes.
En el verano de 2001, el agente John O'Neill presenta su renuncia y se marcha desilusionado del FBI. En una entrevista concedida al diario francés Libération, la periodista Patricia Tourancheau le pregunta por qué el mayor experto en terrorismo islámico deja el FBI. El ex-agente federal contesta que es todo un asunto de petróleo.
La jugada maestra de los conspiradores del 11- S viene cuando el día 1 de Septiembre de 2001, Jerome Hauer, asesor para agencias del Gobierno en asuntos antiterroristas, le propone a John O'Neill el puesto de responsable de seguridad del World Trade Center, Las Torres Gemelas.
Jerome Hauer no era un cualquiera, asesor gubernamental para asuntos de terrorismo, aquí aparece en esta imagen junto a Rudolph Giuliani, el alcalde de Nueva York. Hauer situó a O'Neill en las Torres Gemelas, el blanco de los atentados del día 11 de Septiembre de 2001.
10 días más tarde, el 11 de Septiembre de 2001, a las 9:49 am., se produce el derrumbe de la Torre sur. Unos aviones se habían estrellado contra las Torres Gemelas de Manhattan. O’Neill se encontraba en su oficina del piso 34. Solo tuvo tiempo de llamar a su casa; habló con su hijo, y después con Valerie James, su compañera:
- “Esto es horrible. Hay cuerpos destrozados por todas partes. Tengo que ayudar a la gente"...
John O'Neill murió el 11 de Septiembre, siendo una de las víctimas de los brutales atentados. El agente del FBI que sabía demasiado, el mayor experto en terrorismo de Al Qaeda dejó de molestar para siempre.
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