Los extranjeros no se acaban de aclarar y siempre andan preguntando qué es eso de las Comunidades Autónomas, si son zonas secesionadas o no... la verdad es que es un concepto muy lioso, y que ha resultado nefasto para los valores históricos y de convivencia social de la sociedad española.
El desencanto y la mala imagen que ha mostrado la organización autonómica ha hecho que actualmente, según las encuestas, el 40% de los españoles, que se dice pronto, quiere suprimir directamente las autonomías, sobre todo por lo que suponen de gasto y ruina económica.
El término de Región también puede ser muy digno, muy histórico, y muy autónomo. Volver a las Regiones no tiene nada que ver con el Franquismo sino con la Historia tradicional de España. La forma geográfica de las Regiones sería igual que las Autonomías, exceptuando algún caso de reequilibrio territorial como el que requiere Castilla.
Mapa de las Regiones de Francia
Ahí tenemos el ejemplo de Francia, una gran nación, distribuida o dividida en 27 Regiones. Francia es un país unitario y las regiones no poseen autonomía legislativa ni ejecutiva, pero tienen, limitadamente, una serie de competencias y de administraciones propias.
Y es que una Región puede tener una administración propia o no, y seguir siendo la misma Región. No porque tenga una administración propia tiene que dejar por ello de ser una Región. Pasar de las Comunidades Autónomas a las Regiones no tiene por qué ser un paso atrás sino un paso adelante en la coherencia.
Pero hay un matiz fundamental, que es que mientras el concepto de Regiones suena a Unidad, Cohesión y Solidaridad de la Nación, el concepto de Comunidades Autónomas suena a algo raro, como a Resquebrajamiento, una aproximación a los nacionalismos separatistas, o bien a la secesión ya consumada.
Muchos expertos, por no decir casi todos o todos, coinciden en diagnosticar que la cesión excesiva de competencias por parte del Estado hacia las Comunidades Autónomas, al final ha resultado contraproducente para el conjunto de la Nación. Por lo tanto, siempre debe haber un equilibrio racional entre Estado y Regiones para que la estructura general funcione bien.
La película "Las Autonosuyas" interpretada por Alfredo Landa y dirigida por Rafael Gil en 1983, basada en un libro de Fernando Vizcaíno Casas, ya sirvió de escarnio al diseño autonómico.
Pues todo parece indicar que el cuestionado concepto de las Comunidades Autónomas, por su mala imagen, fué una cesión a los nacionalismos; se intentó domar a los nacionalismos y contenerlos, y para ello se descuartizó a todas las regiones, solo para que los nacionalismos quedasen satisfechos, cuando resulta que los nacionalismos nunca se quedan satifechos, sino que precisamente viven a cuerpo de rey a costa del victimismo y del enfrentamiento eterno.
Pero ese mapa autonómico no solo no amansó a los nacionalismos sino que provocó todo lo contrario, animar más a los separatismos y de paso al resquebramiento total de toda la nación en su conjunto. Desde la Transición los nacionalismos han trasladado a toda España un espíritu, un ambiente envolvente y una moda perversa de creer que lo ético, lo moral y lo moderno es atacar a la Nación, ser insolidario, egoísta, y hacer secesionismo, cuando en realidad es justo lo contrario. Seguir detrás de los nacionalismos fanáticos ha sido, pues, nefasto para el conjunto de la Nación, como no podía ser de otra manera.
Hay que resaltar que el diseño autonómico ha tenido, sobre todo en tiempos de Crisis, nefastas consecuencias para la Economía Nacional, ya que mantener con fondos públicos a un montón de gobiernos, parlamentos, administraciones paralelas, ejércitos de políticos, asesores, coches oficiales, dependencias, etc etc... ha esquilmado las arcas de los ciudadanos. Y esta aberración se ha hecho evidente para todo el mundo con la Crisis actual.
Conclusión: Recuperemos el concepto sano, histórico, austero y constructivo de las Regiones. Con todos los poderes autonómicos que se quiera, en su justa medida, y con todos los Parlamentos y Gobiernos que sean menester, pero Regiones. Solamente con Castilla como Región propia, nos podemos ahorrar el gasto de 4 Comunidades Autónomas, o las que tuvieran que ser.
Dicho todo ello en otras palabras, desde la Transición Democrática, año 1975 hasta hoy, ha habido un desmadre autonómico y una desorientación general, pero ahora es el tiempo de recoger los platos, hacer limpieza y ordenar las cosas.
Para hacer este cambio estructural, habría que reformar la Constitución Española, y cuanto antes se acometa esta reforma pues tanto mejor.
Los nacionalistas creen erróneamente, según su óptica, que reformar la Constitución es descuartillar al Estado, pero en realidad es al revés, es hacerlo más fuerte, del mismo modo que nadie se pone a reformar su casa para estropearla más sino para mejorarla y fortalecerla.
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