En 1902, Sabino Arana quiso disolver el PNV y poner en marcha su Ultimo Proyecto Político, tal como lo llamaba él "La Liga de Vascos Españolista", que hoy lo podríamos llamar LVE, Liga Vasca Española. ¿Sabino Arana hablando de españolismo y españolistas?...
Sabino Arana (1865 - 1903) fué escritor, ideólogo y político vasco; después de un pasado carlista, fundó el PNV en 1895 y también, con la colaboración de familiares y amigos, creó la ikurriña o bandera vasca moderna.
Sabino solo vivió 38 años; desde los 18 años sufrió de problemas gastro-intestinales entre otros, muriendo de la enfermedad de Addison, en noviembre de 1903. En sus 2 últimos años de vida, en 1902 y 1903, concibió su nuevo Gran Proyecto Político, pero su temprana muerte le impidió desarrollarlo y llevarlo a la práctica política.
Al final de su vida, y durante su estancia de medio año en la cárcel, Sabino vislubró un nuevo camino: había que abandonar el nacionalismo y el independentismo, y trabajó sobre un nuevo proyecto político para los vascos. Y le puso incluso nombre a su nuevo proyecto.
Un Sabino entró en la cárcel, y otro diferente salió.
En Mayo de 1902 Sabino fué encarcelado en la Cárcel de Larrinaga, por haber enviado a Rossevelt un telegrama de felicitación por la independencia cubana. Y fué aquí, durante su estancia en la Cárcel, cuando de repente, y contra todo pronóstico, Sabino Arana cambió sus postulados ideológicos, y dió un giro copernicano a todo su discurso político, conocido hasta entonces.
Básicamente, y en una palabra, Sabino Arana, el fundador del Nacionalismo Vasco, pasó a rechazar el nacionalismo independentista y defendió una integración honorable y armoniosa dentro de España. Incluso concibió un último proyecto político concreto para Vasconia, con nombre e iniciales propias.
¿Qué podía haber ocurrido para que el máximo lider nacionalista, en su momento de mayor madurez, hubiera cambiado sus ideas?
¿Acaso tuvo tiempo para reflexionar honda y serenamente en la soledad de la Cárcel y experimentó una visión preclara antes de su temprana muerte?...
Para muchos amigos y militantes se trataba de un cambio incomprensible, e imposible de explicar y justificar. ¡El fundador se había vuelto loco!... Otros optaron por apoyar al líder, interpretando que se trataba solo de una estrategia coyuntural para lograr los mismos objetivos a largo plazo. Y otros interpretaron que Sabino pretendía imitar a la "Liga Regionalista Catalana" de Francesc Cambó. Lo cierto es que todavía a día de hoy se debate acerca de la Ultima voluntad, el testamento político del principal ideólogo que tuvo el nacionalismo vasco.
En realidad Sabino no cambió por cambiar, sino que, después de que había transcurrido casi una década de nacionalismo, evolucionó su pensamiento.
El 8 de noviembre de 1902 Sabino sale de la cárcel, y ante la sospecha de que le puedan encarcelar de nuevo, decide trasladarse a Francia. Al año siguiente, el 25 de noviembre de 1903, falleció por enfermedad, no pudiendo plasmar en la realidad y en toda su amplitud su nuevo y gran proyecto ideológico.
Por supuesto, desde que Sabino murió en 1903, el Nacionalismo Oficialista enterró el último legado de su gran líder, lo escondió en el último cajón, y prosiguió adelante con la ideología inicial del separatismo vasco. Los responsables nacionalistas dictaminaron que Sabino estaba muy enfermo en la última etapa de su vida, que deliraba, que se había vuelto loco, y que ya no sabía muy bien las cosas que estaba diciendo....
El 22 de Junio de 1902 el semanario vasco "La Patria" se hace eco del rumor que corre por todas partes acerca del nuevo proyecto del sr. Arana, calificándolo de grave y trascendental.
Y el 26 de Junio de 1902 Sabino responde personalmente por carta a la misma publicación, y posteriormente a "La Gaceta del Norte", confirmando punto por punto el rumor, y reconociéndose como su autor:
"El nacionalismo tiene que dejar de serlo, si ha de ser patriota: por esto el más nacionalista, el más patriota, es el primero que acude a los pies de la patria a ofrecer en holocausto su nacionalismo, su mismo patriotismo, en interés de la patria misma".
"La retirada, de hacerse, se hará con orden. Nadie se moverá de su puesto hasta que suene el toque de corneta, y se procurará que no haya bajas al dejar las posiciones que abandonemos. En las nuevas, los buenos vascos seguirán trabajando por su pueblo, pero sin considerarlo aisladamente, sino dentro del Estado español".
Y unos días más tarde, el sr. Arana escribe un nuevo artículo en "La Patria", para terminar de aclarar del todo las cosas, y que su nuevo proyecto se entienda bien:
"El nacionalismo aspira, como a término o fin exterior y político, a la independencia del pueblo vasco, del cual dos antiguos estados obedecen al poder francés y los otros cuatro a la soberanía española.
Pues bien: según el pensamiento de que se trata, el partido que ha proclamado esa política renunciará ya a ella, aspirando a que los estados vascos que de hecho son españoles, reconociendo y acatando en derecho esta anexión o agregación suya a España, alcancen dentro de esa situación de derecho, dentro de la unidad del Estado de España, la mayor felicidad moral y material que alcanzar puedan.
Por tanto, según el pensamiento de referencia, el partido vasco nacionalista dejaría de serlo, para transformarse en vasco españolista. He aquí cómo habría renunciado a su fin, para aspirar a otro sustancialmente diverso. Sólo el sujeto, el conjunto de personas que constituyen el partido, permanecería; el objeto, la idea política, habría sido reemplazada por otra de naturaleza opuesta.
Porque vasco nacionalista y vasco españolista no se puede ser a un tiempo. En resumen: el partido nacionalista de hoy, sin variar de sujeto ni de medios de acción, renunciaría a su finalidad, que es el nacionalismo, y se haría rigurosamente españolista".
El 22 de Junio de 1902 Sabino escribe una carta a su hermano Luis Arana:
"Mi consejo es éste: hay que hacerse españolistas y trabajar con todo el alma por el programa que se trace con este carácter. A mi modo de ver, la Patria nos lo exige. Esto parece un contrasentido; pero si en mí se confía debe creerse. Es un golpe colosal desconocido en los anales de los partidos. Queda empañada toda mi reputación. Deshecha la obra de muchos años, levantada a costa de grandes sacrificios. Tú ya me comprenderás. Recuerdos a Mari e Isabel. Mu a los chicos. Tu hermano, Sabin".
El hermano de Sabino, Luis Arana, no estaba de acuerdo con el giro ideológico que había dado su hermano, y enfrentado con la dirección del Partido, fué expulsado. Al principio, la cúpula dirigente siguió el rumbo que había fijado su líder, con la idea de una Vasconia Española, con Autonomía, pero después y con el tiempo, sobre todo después de fallecer Sabino, de nuevo el ala más dura y separatista del partido tomó el control de la formación, hasta hoy. Y nunca más se volvió a hablar del Proyecto de Sabino Arana. De hecho poca gente lo conoce.
Hoy en día, después de la Constitución Española de 1978, vivimos, en cuanto a las instituciones y la estructura del Estado, en el mundo que Sabino Arana concibió, con una Vasconia Autónoma y a la vez integrada dentro del Reino de España. Solo cambia un detalle: el PNV separatista se tendría que llamar LVE, Liga Vasca Española, y debería haber abandonado el separatismo.
Como consecuencia de no haber seguido las instrucciones del Arquitecto Jefe del Nacionalismo Vasco, Sabino Arana, el Nacionalismo Vasco, efectivamente, ha perdido el rumbo, el sentido de la realidad y de la Historia, y se ha quedado en dique seco, en hibernación, sin saber por dónde tirar; y también, como segundo error paralelo, el nacionalismo moderno alumbró también una extrema izquierda radical separatista, que cayó en el error de utilizar el terrorismo, para completar el desastre.
No haber seguido las recomendaciones del Ideólogo Fundador ha resultado catastrófico para los vascos, y por extensión, también para todos los españoles en general.
En el final de sus días, Sabino tuvo una visión preclara del mejor hogar que debían tener los vascos. Pero no le hicieron caso; y le tomaron por loco.
Aunque siempre queda la posibilidad de que venga alguien nuevo y retome las siglas y el proyecto sabiniano de armonía, integración y convivencia. A la verdad, un proyecto hermoso y constructivo.