La mujer que vivía en Edén no estaba casada al estilo moderno, porque la mujer era dueña de sí misma, y no pertenecía a nadie. Tenía por compañero a Adan, el complemento adecuado, armonioso y natural para ella en todos los sentidos.
Adan y Eva, los habitantes del Huerto de Eden, nunca celebraron un bodorrio ni banquete, ni realizaron ceremonia alguna, ni de matrimonio, ni de ningún otro tipo. Ni había tampoco sacerdotes casamenteros, ni iglesias.
Con la caída en desgracia del género humano, por la desobediencia a Dios, el Creador castigó a ambos, por una parte en asuntos específicos para cada género, y por otra parte, con cargas comunes para ambos sexos.
Por ejemplo, como castigo común, ambos géneros, masculino y femenino, envejecerían y morirían.
Por causa de la rebelión del hombre, la tierra sería maldita, y con el sudor de su rostro comería hasta su muerte. Génesis cap 3 vers 19.
Y a la mujer dijo Dios: "Con dolor darás a luz los hijos. Tu voluntad será sujeta a tu marido, y él se enseñoreará de tí". Génesis cap 3 vers 16.
Este último versículo nos habla de un sometimiento o una dependencia de la mujer hacia su marido, con la que Dios cargó a la mujer; algo novedoso que antes no existía en las relaciones humanas.
Muchas mujeres, feministas o no, al igual que muchos hombres, no conocen ese texto curioso de la Biblia, en el que Dios castigó a la mujer sujetándola al marido, que quizás pudo ser el primer fundamento machista de la sociedad humana.
Y si nos fijamos, a lo largo de toda la Historia, las sociedades humanas, en líneas generales, han sido marcadamente machistas y patriarcales. Por ejemplo, si miramos hacia el Antiguo Israel, podemos entender que las mujeres estaban totalmente sujetas, primero a sus padres, y después a sus maridos. Cuando una mujer quedaba viuda, y por lo tanto, desprovista de la protección del marido, era una situación de vergüenza y humillación social, quedando en situación lastimosa.
Lo mismo podemos decir de la Edad Media, y de cualquier otra época histórica del pasado.
Ha sido solo a lo largo de los dos últimos siglos, cuando las mujeres han ido alcanzando un nivel de igualdad con respecto al hombre, tanto a nivel matrimonial como a nivel social. Este cambio o evolución, aparentemente bueno, se debe fundamentalmente porque así lo han querido las Elites del Poder que gobiernan el mundo, para conducirnos hacia un Nuevo Orden Mundial, o dicho de otra manera, la Dictadura Satánica y Criminal que nos espera.
Los Amos del Mundo podían haber igualado socialmente a las mujeres desde hace 6000 años, pero nunca han querido hacerlo, porque nunca les ha interesado favorecer en nada a las mujeres. Solo ahora, cuando ya se les acaba el tiempo de su gobierno, es cuando se han dedicado a introducir todos estos cambios humanos y sociales, a última hora.
¿Alguien en su sano juicio puede deducir que este ser perfecto, esta diosa, maravilla de la Creación, ha podido llegar a existir por una casualidad cósmica azarosa y por unas cadenas de evoluciones inexistentes en animales?
La Ciencia que nos vende la Elite Global, además de un contrasentido que se aferra a los azares aleatorios anticientíficos, es un fraude, y una estafa satánica. Os podéis dar cuenta de que os han tomado el pelo miserablemente durante toda la vida. Y aquí, de forma tan sencilla, con esta simple foto, tenéis la prueba de esa mentira.
Cuando venga el Nuevo Reino de Dios y de su hijo Jesucristo a la Tierra, el viejo castigo edénico será levantado, y entonces desaparecerá por completo ese lastre de sujección que arrastraba la mujer. La mujer volverá a ser plenamente libre, y dueña de sí misma en todos los sentidos.
No solo eso. Las mujeres que habrá sobre la Tierra serán seres perfectos, poderosos y plenos, y como tales no podrán quedar sujetas, ni pertenecer a nadie, ni esclavizarse a nadie, ni esposarse ceremonialmente con nadie, puesto que serán auténticas diosas.
Y de igual modo y por otra parte, los hombres de la Nueva Tierra también serán dioses humanos.
Cuando tú eres un ser perfecto (aún no lo somos) no necesitas a un hombre o a una mujer, ni necesitas a nadie, para poder vivir. Pero convives o compartes tu vida con tu pareja para complementar tu vida y para que tu pareja también complemente su vida, consiguiendo una vida mutua óptima y plena.
Actualmente, en los círculos esotéricos y de la Nueva Era se presume mucho asegurando que somos dioses, pero esto no es exactamente así. Somos dioses potenciales, pero no ejercemos como tales, porque estamos anulados y esclavizados al régimen que ha impuesto el gobernante de este mundo actual, que es Satanás. Somos seres mortales que envejecen y mueren, y los dioses de verdad no enferman, no envejecen, y no mueren. Pero tenemos la potencialidad y la promesa del Creador de que un día seremos auténticos dioses, cuando ya no muramos más; seremos seres humanos de carne y hueso, justos, bellos, amorosos, perfectos, e inmortales.
Vida, belleza y armonía en la Nueva Tierra.
Este es el motivo y la razón por la que en el Nuevo Reino que existirá sobre la Tierra, no existirán los matrimonios, ni las ceremonias nupciales, ni banquetes ni bodas al estilo actual. Seremos dioses, y como tales seres perfectos, nadie deberá ni podrá esposarse ni pertenecer a nadie. En este sentido, volveremos a una situación parecida a la de Adan y Eva en el Jardín del Eden. Ambos eran compañeros de vida, y podían tener hijos, de una forma natural y bendecida por Dios.
Pero los humanos de la Nueva Tierra serán seres superiores en todo a los humanos del Jardín del Edén. Entre otras cosas porque el ser humano del Jardín del Edén no tenía conciencia del bien y del mal. En la Nueva Tierra tendremos conciencia del bien y del mal, tal como ahora, pero además seremos inmortales = dioses. Unos dioses justos y sin mancha, Hijos del Dios Padre.
"Jesus les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?". Juan 10:34.
Actualmente, en este mundo loco de hoy, muchas parejas se casaron por carambolas de la vida, casi al tun tun, cuando no a ciegas, cosechando gran cantidad de fracasos y separaciones.
Pero en aquél tiempo venidero no ocurrirá así. Se unirán parejas perfectas, y tendrán hijos perfectos. Y la bendición de Dios será con todos ellos.
Y a nivel social, no existirá ningún tipo de esclavitud ni servilismo social o laboral; nadie trabajará para nadie, sino que cada familia cuidará de ella misma y cultivará sus alimentos. Y habrá sobreabundancia de todas las cosas para todos.
En ese nuevo mundo, no existirá más la religión falsa del bautismo, 1ª comunión, boda y entierro, ni existirán los iglesorios ni los templones. Pues nadie practicará ritos bautismales a los bebés, ya que éstos serán perfectos, sin ninguna mancha de pecado original; ningún niño hará la 1ª comunión; nadie celebrará bodorrios, y nadie morirá nunca.
En cuanto a los templones, estando Jesucristo presente, en medio de nosotros, ¿Quién necesita un templón, lleno de motivos idolátricos, paganos y apóstatas?
Todo será hecho nuevo, y las relaciones humanas serán nuevas. Para un mundo nuevo harán falta unas nuevas leyes, esta vez muy diferentes a todas las anteriores, que se basarán en el amor y la fraternidad universal. Entonces Jesucristo, el Rey de la Tierra y del Universo, abrirá unos Nuevos Rollos (unas nuevas leyes) para organizar y articular perfectamente la Nueva Sociedad en la Nueva Tierra. Y entonces comenzará el Reinado del Amor en todo el Universo por toda la Eternidad.
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