Algo que demuestra que hablar de los Illuminati no es una majadería es la prueba real y palpable que ofrece el actual billete verde del dolar estadounidense. La misma pirámide, letras abajo en el primer escalón, y un ojo que brilla como un Sol en la cúspide de la pirámide.
El Sol que brilla por encima de la pirámide es el dios Sol. Por eso el lema de billete "En Dios nosotros confiamos" se refiere al dios que se muestra, el dios Sol, es decir, Satanás.
¿Cómo es posible que este mismo símbolo de la Historia Moderna Contemporánea, la Pirámide Illuminati, ya estuviera reflejado también hace muchos miles de años en unas antiguas planchas de oro de la Cueva de los Tayos?
Lo que se demuestra es que siempre ha existido una correa de transmisión de conocimientos ocultos y "sagrados" a lo largo de todas las generaciones, civilizaciones y épocas de la Historia en La Tierra.
Los mismos conocimientos de la religión oculta y prohibida que establecieron los dioses en la Antigüedad han sido heredados por las sociedades secretas iluministas e Illuminati de hoy en día. Las sociedades secretas son las encargadas de transmitir esos conocimientos secretos a los suyos, de generación en generación.
29 de Junio de 1934, Los Angeles Times.
Encontrada una ciudad subterránea de Reptilianos
Es curioso pero en el año 1934 un equipo de geólogos liderados por el geofísico George Warren descubrió una ciudad subterránea de antiguos Reptilianos bajo el suelo de la ciudad de Los Angeles. Como sucedió en la Cueva de los Tayos, de allí sacaron muchas planchas de oro y objetos antiquísimos, de oro y de otros materiales. Las autoridades gubernamentales cerraron el paso a toda persona y censuraron la información.
Y desde luego, las piezas de oro de la ciudad reptil de Los Angeles nunca jamás se han exhibido en los Museos Culturales y científicos, lo que demuestra que los Museos forman parte de la misma trama de la Arqueología Gubernamental, fraudulenta y manipuladora.
Al Poder no le interesa divulgar esta información y que se sepa la verdad de la Historia; lo único que le interesa al Poder es mantener el paso cerrado para que nadie se entere de que hay una Ciudad Reptil, para que la población no conozca la verdad sobre el Pasado en La Tierra.
Fué el sacerdote salesiano Carlos Crespi ( Milán 1891-1982), párroco de la Iglesia María Auxiliadora de Cuenca, Ecuador, el gran conseguidor y custodio de las planchas de oro y otros muchos objetos procedentes de la Cueva de los Tayos. El padre Crespi decía que los nativos Shuaras, que vivían en la zona de Tayos, le traían esas láminas doradas del interior de la Cueva, y él las guardaba.
Y gracias a Crespi que la humanidad ha podido conocer esas planchas doradas, sus dibujos y sus mensajes de texto, y otros objetos valiosos, porque si hubiéramos tenido que esperar a que la expedición masónica de 1976, del astronauta masón Neil Armstrong y del siniestro Stanley Hall, del servicio secreto británico y masón, nos informara de algo, entonces nunca habríamos sabido nada.
Al final empezaron a aparecer personajes extraños y hombres de negro en el Ecuador y desaparecieron todas las láminas y piezas de Tayos que el padre Crespi guardaba en su museo. Pero al menos nos han quedado las fotografías como prueba cultural del Tesoro de Tayos.
Según Juan Moricz, investigador de la Cueva de los Tayos en el Ecuador, en la Biblioteca Metálica de los Tayos, se recogía la Historia de la humanidad y de la Tierra, de los últimos 250.000 años.
A la Elite Illuminati del Poder Mundial no le interesa que esas láminas de Tayos, al igual que los objetos arqueológicos de Irak, o las planchas de la Ciudad Reptil de Los Angeles, estén al alcance de la gente. Al poder tampoco le interesa que se exhiban planchas Illuminati de Los Tayos de hace miles de años. Y para eso están los servicios secretos y los hombres de negro, para hacer desaparecer todas las pruebas conflictivas.
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