domingo, 25 de agosto de 2013

El desarrollo de las Alas Humanas

Recientemente se ha popularizado un nuevo "deporte extremo" conocido como "WingFly", algo así como "vuelo con alas", que consiste en volar como un pájaro gracias a un traje con alas conocido como "WingSuit". 

Es una modalidad de Paracaidismo, ya que estos trajes con materiales sintéticos de pájaros con alas solo ejercen una acción de frenado, ralentizando un poco más la caída del paracaidista, pero al final del viaje hay que activar el paracaídas para poder tomar tierra con seguridad.

Lo cierto es que el WingFly, tal como se practica actualmente, resulta demasiado peligroso y ya ha costado la vida de bastantes deportistas. Es desaconsejable su práctica, a menos que se perfeccione su diseño volador.

Los antecedentes cercanos de hombres-pájaros empezaron a intentar volar en la década de 1930, pero al utilizar materiales débiles y rompibles, como madera, cuerdas y telas, los vuelos humanos experimentales fracasaban y en la mayoría de los casos costó la vida a los deportistas y soñadores.

Después, a partir de la década de 1990, gracias a los nuevos materiales modernos del deporte de hoy, algunos deportistas y paracaidistas aventureros empezaron a probar descensos con estos trajes de hombre-pájaro, y dotados con paracaídas.

Todo esto se podría resumir como la 1ª Fase del Hombre Volador. Pero si queremos volar, y aterrizar, todavía nos queda camino por recorrer.

 El desplazamiento horizontal de los hombres voladores actuales es de unos 150 km/h y la velocidad del descenso vertical es de unos  200 kms/hora. Para un Paracaidista esos datos están bien, entran dentro de unos parámetros normales de descenso. Pero para un Hombre Volador, que quiera volar y aterrizar con seguridad, tiene que reducir drásticamente esa gran velocidad de descenso vertical.

Pues bien, ahora de lo que se trataría sería de conseguir perfeccionar el "Traje Aéreo" de manera que el hombre volador pueda volar con más seguridad, con más majestuosidad, y sobre todo que pueda tocar tierra perfectamente, con suavidad, sin necesidad de utilizar para nada su paracaídas. ¿Se podrá realizar?... ¡Habría que intentarlo, hasta que funcione!...

Entonces el concepto pasaría de ser un paracaidista temerario a ser un hombre volador al 100%. No tiene por qué ser un deporte extremo, ni tiene por qué estar asociado a hacer locuras, sino que puede ser un vuelo seguro, ideado para disfrutar con tranquilidad. Este es el nuevo concepto positivo.

¿Cómo conseguirlo? Pues la lógica nos dice que para lograr un vuelo estable y un aterrizaje suave y seguro, habría que ampliar las dimensiones del "traje aéreo". El Traje Pájaro actual cuesta entre 500 euros y 1500 euros.

 Este es el traje aéreo actual; pero solo es una ayuda de frenado al paracaídas.

Pero si ampliamos el traje, con este diseño teórico, u otro parecido, quizas podríamos conseguir tomar tierra con éxito y sin paracaídas. ¿Alguien quiere probarlo? ¿Algún voluntario para hacer la prueba?....

Aquí tenemos al paracaidista con su traje especial de paracaidista volador

Y aquí un diseño teórico que amplía el traje, con la intención de permitir un aterrizaje más seguro. ¿Sería suficiente como para poder tocar tierra con fiabilidad?...

En fin, pienso que alguien debería probarlo; en caso de que algo fuera mal se activaría el paracaídas y no entrañaría mayor riesgo. El diseño del traje aéreo se puede confeccionar de varias maneras, pero siempre partiendo de la base de que el traje volador tiene que doblar, triplicar o incluso cuatriplicar la medida del WingSuit o traje volador común. Ahí está el Reto...

Si comparamos la medida de un paracaídas parapente con un hombre, vemos que la superficie del parapente es muy grande, y es por ello que unas tímidas alitas del WingFly no nos resuelven satisfactoriamente el problema. Por tanto, todo indica que habría que ampliar considerablemente las medidas de esas alas, y hacer muchas pruebas...

Además incide otro interés más, y es que el Proyecto de Traje Volador puede tener aplicaciones militares muy interesantes para el Ejército Español.

Al final, quizás Batman, el Hombre Murciélago tenía razón, y podía ir por ahí volando. El en su caso incluso revoloteaba. Para poder revolotear el material de las alas tendría que ser un material fino y duro, y que no pese casi nada.... Entonces sí se podría revolotear.... 
Es curioso e interesante todo esto....

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