En 1887, el padre Antoine Gelis, del pueblo de Coustaussa, fué asesinado. Su tumba es la única del cementerio que mira hacia Rennes le Chateau.
Como en toda trama de sucesos alucinantes, tesoros y secretos, en la historia que envuelve el misterio de Rennes le Chateau no podía faltar un crimen. Un extraño y pavoroso crimen.
El día 1 de noviembre, día de todos los santos, del año 1887, fué asesinado un hombre que mantenía una estrecha relación con Francois Berenger Sauniere, el abad de la vecina aldea de Coustaussa, Antonio Gelis, en la misma cocina del Presbiterio, víctima de los crueles golpes que recibió violentamente en su cabeza.
Lo que más llamó la atención a los investigadores de la Policía fué que tuvieron que descartar rápidamente el móvil de robo de dinero, puesto que allí se halló hasta la última moneda del párroco, 683 francos en oro sobre su escritorio, y otros 106,90 francos en la cómoda. Todo el dinero estaba allí perfectamente, como siempre.
Entonces, ¿Por qué fué asesinado el padre Antonio Gelis?
El misterio sin resolver continúa todavía hoy.
Le petit village de Coustaussa. El pequeño pueblo de Coustaussa, cercano a Rennes le Chateau.
Pero lo que sí se encontró fué una saca de documentos, que había sido rota y revisada, y posteriormente tirada. También fué hallada en la escena del crimen un pequeño taco de papeles para liar cigarrillos, en uno de cuyos papeles aparecía escrita la siguiente frase: "Viva Angelina". Un caso que sería perfecto para el detective Sherlock Holmes.
La puerta no fué golpeada ni forzada de ninguna manera. Y por otro lado, el padre Gelis era muy desconfiado, temeroso, y muy prudente; no habría abierto la puerta a ningún desconocido. Lo cual lleva a pensar que alguien conocido y familiar llamó a la puerta del presbiterio. El abad conocía perfectamente a su asesino.
Al sepelio acudieron todos sus amigos; allí estaba el abad de Rennes le Chateau, Berenger Sauniere, el cura de Rennes les Bains, Henri Boudet, el párroco de Couiza, y los padres de Arques, Montazels, Luc-sur-Aude y de Antugnac, y el representante del Obispo de Carcassonne, el Vicario General Cantegril.
En un principio fué inculpado el sobrino del padre Gelis, Joseph Pages, un hombre que atravesaba algunos problemas económicos, pero pronto fué absuelto, puesto que se demostró que el día del crimen, se encontraba lejos de la región.
¿Fué Berenger Sauniere, párroco de la Iglesia de Magdalena en Rennes le Chateau, el autor material del crimen cometido contra el padre Antoine Gelis?...
Los investigadores del misterio de Rennes le Château siempre han sospechado que el padre Gelis llegó a conocer algunos de los secretos que guardaban celosamente Berenger Sauniere, su amigo, el padre Boudet, y otros personajes. Gelis habría sido eliminado por saber demasiado, por ser un peligro, o por tener alguna desavenencia con respecto al secreto de Rennes.
El padre Gelis tenía algunos documentos que causaban preocupación en el entorno eclesiástico-ocultista que encubría el misterio de Rennes le Chateau. Por ello, después del crimen, las pruebas documentales que guardaba el padre Gelis, fueron "recuperadas".
¡Pero atención!, porque no solo fué asesinado el abad Antoine Gelis. Otras personas y sacerdotes fueron encontrados asesinados o desaparecieron, en una oscura trama que hace palidecer la imaginación del escritor Dan Brown en su novela "El Código da Vinci".
Hacia 1999, el investigador británico Ben Hammott, siguiendo algunas pistas, encontró una serie de botellas guardadas en distintos emplazamientos próximos a los dominios de Sauniere. Las botellas eran de cristal y guardaban unos mensajes escritos, al parecer, por el propio Berenger Sauniere. Según una de estas cartas, el Abad Sauniere confesó ser el responsable de la muerte del padre Gelis.
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