martes, 24 de julio de 2012

El documento pedófilo del Vaticano

En agosto de 2003 los medios de comunicación descubrieron la existencia de un documento secreto vaticano que protegía los abusos sexuales y a los abusadores de la Iglesia Católica. Al parecer, la filtración habría sido hecha por un sacerdote alemán a un periodista.

El 16 de marzo de 1962 el Vaticano emitió el documento secreto "Crimen Sollicitationis", (Crimen de solicitaciones), escrito por el cardenal Alfredo Ottaviani, que entonces era el Secretario del Santo Oficio, conocido también como La Congregación para la Doctrina de la Fé.

El documento vaticano C.S. , de 69 páginas en latín, (ya tiene guasa sexual el documento con el número de 69 páginas) (6+9=15; 1+5=6), fué enviado a los Obispos de todas las Diócesis y de todos los países del mundo, bajo la más rigurosa confidencialidad.

El documento secreto del Santo Oficio, firmado por el Papa Juan XXIII, era contundente: ordenaba el más absoluto secreto y silencio para los casos de abusos en las filas católicas, y amenazaba con la excomunión inmediata a quien hablase lo más mínimo sobre cualquier caso de pederestia en la Iglesia Católica.

Una cría sale por patas, huyendo del "Pope".

Las instrucciones vaticanas ordenaban "perpetua silentio" silencio perpetuo, para los sacerdotes y obispos, e instaban a la víctima a que hiciera un juramento de secreto cuando presentase su denuncia ante los responsables eclesiásticos. En caso contrario, la excomunión.

El documento vaticano, pues, induce a desamparar a las víctimas, ocultar los delitos de abusos a las autoridades civiles, y obliga a callar a abusados y familiares bajo amenaza de excomunión.

La divulgación del documento en la prensa desmontó la coartada de la Iglesia Católica de que los abusos constituían un fenómeno moderno.

Según el abogado estadounidense Daniel Shea, que defendió a varias víctimas de abusos clericales, "Este documento prueba que existía una conspiración internacional de la Iglesia católica para silenciar los temas de abuso sexual". Por lo que el documento es en sí mismo una prueba jurídica, presentable ante la Justicia, y que señala a unos responsables inductores, encubridores de delitos.

Carmen Durso, una abogada que ha representado a varias presuntas víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, calificó el documento como un auténtico "programa para encubrir los abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica".


En 1981 el Cardenal Joseph Ratzinger fué nombrado "Secretario del Santo Oficio" o Congregación para la Doctrina de la Fé. Por lo tanto, a partir de 1981, Ratzinger fué el responsable de hacer cumplir el decreto vaticano "Crimen Sollicitationis", continuando con la misma política de silencio y amenaza de excomunión para los casos de abusos.

El 18 de mayo del 2001, Ratzinger escribió un segundo documento, continuador del mismo asunto, titulado "De delictis gravioribus" “Sobre delitos más graves”. La nueva disposición ampliatoria en la version actualizada de C.S., decretaba, que a partir de ese momento, todos los casos de abuso sexual en cualquier parte del mundo, deberían tratarse única y exclusivamente en la Ciudad Estado del Vaticano, en Roma, con la más estricta reserva.

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