miércoles, 25 de noviembre de 2009

El Papa que saqueó el Vaticano

"Al poco de llegar, trincó todos los tesoros y se esfumó"

El Papa Bonifacio VII. Siglo X.

En el año 974 de nuestra Era común, y durante el pontificado del Papa Benedicto VI, aprovechando la muerte del protector de éste, el Emperador Otón I, el patricio romano Juan Crescencio I, nombró Papa, paralela e ilegalmente, al Cardenal diácono Francone Ferruchi, quien adoptó el nombre de Bonifacio VII.

Bonifacio VII, también conocido como el "Papa Bonifacio Franco", sería Papa ilegal o antiPapa en dos ocasiones, en el año 974 y posteriormente también por segunda vez, diez años más tarde, en el año 984.

Como primera medida, y para que no hubiese posibles disputas ni conflictos de poder, Bonifacio VII hizo estrangular al Papa legítimo, Benedicto VI.

Pero su Papado solo pudo durar 6 semanas en esta primera ocasión, porque transcurrido ese tiempo, el Conde Sicco de Spoleto, se presentó en Roma enviado por el Emperador Otón II, para restituir el orden oficial e imperial.

Asi que Bonifacio VII, como veía que se le acababa el chollo del mangoneo, robó todo el dinero posible y todos los tesoros guardados que pudo encontrar en las dependencias vaticanas, y se largó con el cuantioso botín hacia Constantinopla, en una zona limítrofe entre las actuales Grecia y Turquía.

Durante su huída con el tesoro vaticano hacia el nuevo destino, el Papa Ferruchi, Bonifacio VII, tuvo tiempo de violar a una niña.

Tras la bochornosa huida del siniestro personaje, es elegido oficialmente como nuevo Papa Benedicto VII, para restablecer el orden en Roma, y el tal Bonifacio, de ingrato recuerdo, es excomulgado de la Iglesia Católica.

El Papa usurpador vivió a cuerpo de rey durante los siguientes 10 años, hasta que se le fué terminando el dinero.

Hacia esa época, en el año 984, murió el Papa oficial Benedicto VII, y el Emperador Otón II nombró como sucesor al Papa Juan XIV. Y casualmente, días más tarde, el propio Emperador Otón II también murió.

Así que Aprovechando el desconcierto, y el desconsuelo en la Corte y en la Curia, Bonifacio VII regresa a Roma, de nuevo con el mismo apoyo del noble protector Crescencio I y de su hijo Crescencio II, y encarcela al Papa legítimo Juan XIV.

Juan XIV es dejado morir de hambre; aunque, al parecer, también existieron indicios de envenenamiento. De este modo, Bonifacio, el Papa saqueador del Vaticano, se convirtió en el asesino de dos Papas. Y allí permaneció de nuevo en Roma, gobernando tranquilamente durante 1 año los destinos del mundo católico.

El 20 de julio del año 985, una revuelta popular de protesta entró por la fuerza en los dominios pontificios y arrastaron al Papa usurpador por las calles de Roma, apareciendo después su cuerpo desnudo y mutilado.

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