jueves, 7 de abril de 2016

La Escalera de Jacob


Uno de los momentos cumbre de toda la Biblia tuvo lugar durante los sucesos sobrenaturales que experimentó Jacob, de los cuales se deriva mismamente el nacimiento de la Nación de Israel.

¿Por qué Dios se fijó en Jacob y no en su hermano Esaú, cuando Jacob se había apoderado de la primogenitura que en realidad tenía su hermano mayor, y cuando Jacob había también robado la bendición que su padre, Isaac, tenía reservada para Esaú?... se preguntan muchos.

La respuesta es que Jacob era el hijo favorito para Rebeca, la madre de ambos, porque a su vez, Jacob era el hijo favorito para Yahweh, y no Esaú, el hijo rubio, rudo y velloso. Génesis 25:23. De hecho, la usurpación de la bendición de Isaac para Jacob fue urdida en realidad por Rebeca. Pero también hay que tener en cuenta que la bendición de Dios estuvo con Jacob cuando éste se arrepintió, después de todos sus errores y maldades cometidas, y no antes.

Y Jacob fue enviado por su madre Rebeca a Harán, a casa de su hermano Labán, para huir de la furia de Esaú. Cuando llegó a un cierto lugar, durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras que había por allí para hacer su cabecera, y se acostó.

Y soñando, una escalera bajaba del cielo y se apoyaba en tierra, cerca de donde él estaba, y ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y desde lo alto, Yahweh reveló a Jacob las buenas intenciones y planes que tenía para con él, como padre patriarca que sería de un gran pueblo, el pueblo escogido por Dios, y la promesa de salvaguardarle a él de todo mal.

Y cuando despertó Jacob, tuvo miedo, y dijo: 
Ciertamente Yahweh está en este lugar. ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que Casa de Dios, y Puerta del Cielo.Y Jacob llamó a este lugar Bet-el (Casa de Dios).


Pero después, andando el tiempo, le sucedió a Jacob otro incidente igual de extraño y sobrenatural. Yendo camino de reunirse con su hermano Esaú, para obtener su perdón, después de pasar el río Jaboc, y echada de nuevo la noche, Jacob pasó toda la noche luchando con un extraño y misterioso varón, hasta que el varón advirtió:

- Déjame, porque raya el alba.
Pero Jacob le respondió:
- No te dejaré si antes no me bendices.
Finalmente el varón bendijo a Jacob, y le dijo:
- No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel (El que lucha con Dios); porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. 

Y Jacob llamó a aquél lugar Peniel (El Rostro de Dios), porque allí vió a Dios cara a cara, y fue librada su alma.

En primer lugar podemos preguntarnos: ¿El sueño de Jacob fue onírico, un sueño lúcido acaso, o un suceso real? Pues las evidencias apuntan a que fue un extraño suceso real, acontecido en mitad de la noche, pero de esos que con la luz de la mañana parece recordarse como sueño. Lo sabemos porque Jacob volvió de nuevo a encontrarse, más adelante, con el mismo personaje, con el cual entabló una larga y vehemente lucha. Y el texto no habla de sueños.

¿Es posible que pudiera existir una Escalera tan larga como para unir el Cielo con la Tierra? 

Algunos estudiosos y expertos bíblicos defienden que en realidad no se trataba de una escalera tan larga como para llegar al Cielo, sino que más bien se trataba de la Rampa de una nave espacial, extraterrestre, claro está, pues su procedencia es ajena a la Tierra.

Particularmente yo también pienso que en este caso se trataba de la Rampa de una nave, como muchas otras veces en las que aparecen naves que fueron utilizadas por el Hijo de Yahweh durante todo el Viejo Testamento bíblico; por ejemplo, en el caso de Moisés y el pueblo hebreo liberado de Egipto, que caminaba por el desierto en busca de la tierra prometida.

¿Quién era el varón con el que luchó Jacob?

Era el mismo ser que aquél que en la primera ocasión le hablaba desde lo alto y le mostró su esplendoroso papel y destino para su mucha descendencia: Yahweh. Pero en este caso se trata de Yahweh Hijo; es decir, Jacob luchó contra Jesucristo, el cual tiene también el nombre de Yahweh en su propia persona.

Muchos no entienden cómo es que podía luchar Jacob contra Dios, si nunca nadie le ha visto cara a cara, o cómo es que, en todo caso, podía luchar contra un ángel de Yahweh, y para qué. Y es que Yahweh Hijo y el Angel de Yahweh (así en singular) son la misma persona, ni más ni menos que Jesucristo.

Jacob no luchaba contra el Dios Padre Yahweh sino contra Yahweh Hijo (Jesucristo antes de su nacimiento). Por eso es correcto decir que Jacob luchaba contra Dios, porque el Hijo tiene naturaleza divina al igual que su Padre. En este caso, Jacob, entonces, vió el rostro de Yahweh Hijo pero nunca llegó a ver el rostro de Yahweh Padre.

¿Y para qué luchar con tanto denuedo contra Jesucristo, y con tanta insistencia, hasta el alba? ¿Qué quería Jacob?...

Pues sencillamente Jacob luchaba con Yahweh para pedirle que le bendijera.
Yahweh había mostrado el glorioso destino de Jacob, como padre del Pueblo Escogido, y se veía en la gran necesidad para pedirle su bendición.
Y sobre esta bendición de Yahweh a Jacob surge precisamente el originamiento del Pueblo de Israel.

Esta historia nos dá una hermosa lección a todos los cristianos creyentes, hijos de Dios, y seres humanos en general, y es que nosotros también tenemos que esforzarnos y luchar para conseguir que Dios Yahweh nos bendiga.

Una pregunta más genérica, pero muy interesante:
¿Por qué para Dios fueron tan importantes Jacob y después el Pueblo Hebreo? ¿Por qué Yahweh Hijo se aparecía constantemente ante los patriarcas y el pueblo hebreo del Viejo Testamento, y los protegía de todos los posibles males? ¿Y por qué ahora no?...

Para Dios era de suma importancia guardar a Israel de todo mal, protegerlo, y encaminarlo en el camino recto, porque dentro del seno y de la simiente del pueblo hebreo iba a nacer Jesucristo, y era vital proteger a sus ascendientes, para poder llevar después el plan de salvación a la humanidad.
Una vez que Jesucristo cumplió su misión, el Plan de salvación quedó hecho. 

Así que Dios no protegía a Moisés, Isaac, Jacob, David, etc.. porque ellos fueran guapos, buenos, hebreos, o porque les cayesen bien, sino para salvaguardar precisamente la llegada en Belén de Jesucristo, el Rey Eterno de la Tierra y del Universo, que traería la salvación a la Humanidad. 

Dicho de otro modo, Yahweh Hijo (Jesucristo) que cuidaba siempre de cerca al pueblo de Israel, en realidad estaba cuidando a su propia familia en la que nacería después, y también se cuidaba a sí mismo.

Otro punto interesante acerca de toda esta historia es entender que estos lugares bíblicos en donde tienen lugar estos fenómenos extraordinarios y sobrenaturales, en realidad son Puertas Dimensionales que comunican el Cielo con la Tierra. No son las únicas. Existen otras Puertas similares en otros lugares, como pueden ser el Monte Moriah en donde se alzaba el Templo de Salomón, el Monte de los Olivos, etc...

(Artículo escrito originalmente el 2 de Octubre de 2014).  

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