sábado, 2 de febrero de 2019

La 2ª Venida de Jesús Decodificada

Sorpresas nos vamos a llevar aquí. Mitos de la 2ª Venida de Cristo que la Tradición ha construído a lo largo de la Historia aquí van a caer. La Gran Muchedumbre de los Redimidos, el Mar de Cristal, los Mártires, los 144.000, el Trono, el Templo, Todo, está en la Tierra, no en el Cielo. 

En primer lugar, en la interpretación religiosa clásica que se ha hecho siempre, nada se dice acerca del Dios Padre; se supone que solo viene Jesús con sus huestes y el Padre se queda allá a lo lejos, como si la cosa no fuera con El. Claro que la religión cristiana universal se hace un lío con las personas divinas y piensa que el Hijo es al mismo tiempo el Padre...

¿Después de 6 Milenios de Historia Humana, y otros muchos milenios de vida en el planeta hacia atrás en el tiempo, tiene lugar el acontecimiento más grande de la Historia, la 2ª Venida de Jesús a la Tierra, que va a afectar al Universo y a toda la Creación, y resulta que Dios Padre se va a quedar allá lejos tan tranquilo e indiferente? Claro que no.

El Dios Padre viene a la Tierra y su Hijo Jesús también, acompañados de todo su Ejército Celestial. Porque resulta que el planeta Tierra es la Zona Cero, desde donde se va a reinar y a gobernar en todo el universo para siempre. El Padre y el Hijo fijarán su residencia eterna en La Tierra, cada uno en su tiempo.

Jesús no viene a la Tierra por su cuenta y riesgo, sino que todo el Plan de Rescate para la raza humana y para la vida en La Tierra procede del Dios el Padre, y Jesús ya fue y seguirá siendo su Enviado y Mediador entre Dios y los hombres. Nuestra Salvación procede de Dios Padre, asi como también nuestra Creación anterior procedió igualmente del Padre.

"Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y QUE HA DE VENIR, el Todopoderoso" Apocalipsis 1:8.
Algunos teólogos han atribuído estas palabras a Jésus, pero en realidad se refieren al Padre Celestial, tal como demuestran Apocalipsis 1:4 y Apocalipsis 21:6. Aquí el Padre nos dice claramente que El ha de venir.

"He aquí yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el Angel del Pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Yahweh de los Ejércitos".
Vienen el Señor (Padre) y el Angel del Pacto (Hijo).

En cuanto al mensajero que se cita, podemos interpretar que un mensajero, Juan el Bautista, precedió a la 1ª Venida de Jesús, y otro mensajero, seguramente los dos Testigos de Apocalipsis 11, precederán a la 2ª Venida de Cristo. Todos estos mensajeros que preceden a Jesús, tienen como prototipo al profeta Elías, y por eso la Escritura afirmaba que Elías vendría para anunciar a Jesús y se vuelve a afirmar que Elías vendrá antes de que llegue el Final de este Tiempo.

Por otro lado tengamos en cuenta que cuando en cualquier pasaje de la Biblia se dice que Yahweh viene a la Tierra para su liberación final, tanto el Padre como el Hijo, siendo dos personas distintas, tienen el mismo nombre divino, y por tanto afecta a los dos. Yahweh no es uno sino los dos.

"Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él". 1ª Tesalonicenses 4:14. ¿Dónde se van a reunir todos los resucitados con Jesús? Primero se encontrarán en el aire y después bajan todos al lugar de destino, que es la ciudad de Jerusalén. ¿Y por qué se encuentran en el aire para luego bajar a tierra? Porque Jesús quiere que los santos resucitados y los santos vivos transformados participen de la gloria de acompañar a Jesús en su triunfal Descenso a la Tierra. Es un detalle muy amoroso de Jesús para sus amados fieles.


"Dios vendrá de Temán, y el Santo desde el Monte de Parán" Habacuc 3:3.
Este versículo insiste en revelar que tanto el Padre como el Hijo vienen en el Gran Día de la Ira y de la Liberación, e incluso nos da pistas de por dónde vendrá cada uno, aunque parece ser que hay algunas dudas respecto a las ubicaciones geográficas exactas de estos lugares mencionados.

Mateo 16:27 "Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras".

"Mas Jesús callaba. Entonces el Sumo Sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios Viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tu lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo" Mateo 26: 63 y 64.

Ambos, el Padre y el Hijo, vienen a la Tierra, desde la zona Oriental del planeta. Pero hay una diferencia elemental, que ya detallaremos más adelante: Cuando llegan al lugar de destino, que es Jerusalén, el Padre y su séquito acompañante se quedarán situados arriba en lo alto, en el aire, flotando estáticamente como en una nube, en la vertical exacta del Templo de Jerusalén, pero a a una distancia visible.

Un aficionado a la Ufología diría que la Nave Nodriza Principal se queda mayestáticamente arriba, a una altura de la ciudad de Jerusalén, presenciando todo el acontecimiento, acompañada de una gran flota de naves voladoras. El Padre nunca tomará tierra, ni en la Parousía ni después del Milenio, mil años después. Siempre estará situado por encima de nuestras cabezas.

"Los cielos son los cielos de Yahweh; y ha dado la Tierra a los hijos de los hombres". Salmos 115:16

En cambio, Jesús sí tomará tierra, exactamente en el Monte de los Olivos, y en ese instante el Monte quedará hecho valle, y desde allí, junto con su séquito acompañante y glorioso, después se dirigirán y establecerán base en el Monte Sión, el lugar donde siempre ha estado levantado el Templo de Jerusalén, y allí se alzará el Trono de Jesucristo.

EL MONTE SIÓN

Aspecto del Monte Sión en la actualidad, en Jerusalén. Ya no está el antiguo Templo de Salomón. La Cúpula de la Roca está en el Monte Moriah que es un alto muy próximo al Monte Sión. Sobre este Monte Sión establecerá Jesús su Trono y su Santuario para reinar en la Tierra durante todo el Milenio.

Al principio el Monte Sión, que era un alto elevado dentro de la ciudad de Jerusalén, era La Ciudad del Rey David, porque todavía el Templo no había sido construído. Después, con la llegada de su hijo al Trono de Israel, el Rey Salomón construyó el Templo de Jerusalén sobre el Monte Sión, tal y como David y Salomón ya lo habían previsto, siguiendo la aprobación de Yahweh. El Templo de Jerusalén y el Monte Sión representan lo que después habrá allí después del Milenio: La Ciudad Santa, La Nueva Jerusalén, que descenderá del Cielo después del 7º Milenio.

En este Monte Sión Abraham estuvo a punto de ofrecer a su hijo Isaac en sacrificio para Yahweh.

Es muy interesante cómo lo narra el profeta Zacarías en el capítulo 14:
"Después saldrá Yahweh y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquél día en el Monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el Monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del Monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur".

Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huísteis por causa del terremoto en los días de Uzías Rey de Judá; y vendrá Yahweh mi Dios, y con El todos los santos. Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. Será un día, el cual es conocido de Yahweh, que no será ni de día ni de noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz.

Acontecerá también en aquél día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. Y Yahweh será Rey sobre toda la Tierra. En aquél día Yahweh será uno, y uno su nombre.


Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba (al norte) hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la Puerta de Benjamín hasta el lugar de la Puerta Primera, hasta la Puerta del Angulo, y desde la Torre de Hananeel hasta los lagares del Rey. Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente".


En la 2ª Venida del Rey de reyes, la orografía terrestre cambiará, como así lo anuncian muchos pasajes de la Escritura. "Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar" Apocalipsis cap 6 vers 14.

Ocurrirá que en la zona de Jerusalén solo quedará en pie el Monte Sión, el lugar donde estuvieron los sucesivos Templos de Jerusalén, y en donde a partir de ahora estará alzado el Trono de Jesús, el cual se encontrará dentro de una Fortaleza Santuario, que se conocerá también como "El Templo". Cuando termine el Milenio ya no existirán más templos, sino que "La Ciudad Santa", que descenderá del Cielo sobre la vertical de Jerusalén, será en sí misma como un gran tabernáculo, santuario o templo, que cobijará el lugar de residencia para los santos. Y toda la gran extensión de tierra alrededor del Monte Sión, de muchos kilómetros, de norte a sur, será una gran llanura.

¿Cómo sabemos que el Monte Sión estará en pie?
Entre otras razones nos lo confirma Apocalipsis cap 14 vers 1:
"Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el Monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente"


Este esquema-dibujo nos va a ser muy útil para ilustrar lo que ocurre en la 2ª Venida
(Abrir la foto ampliada en pestaña aparte para ir situando a los personajes en la lectura)

Antes de la 2ª Venida, en el capítulo 4 de Apocalipsis tenemos una escena de adoración celestial que tiene lugar en el Tercer Cielo, allí donde moran actualmente el Dios Padre, el Hijo y la Hueste Angelical. Hay 4 Seres Vivientes sobrenaturales que acompañan en todo momento al Dios Padre. También, próximo al Trono del Padre, hay 24 tronos más pequeños en los cuales se sientan los 24 Ancianos, los cuales forman un Consejo Representativo de la Humanidad, al servicio de Dios.

Nunca antes hubo seres humanos habitando en el Cielo y hoy en día tampoco los hay. Pero estos 24 Ancianos son la única excepción, ya que fueron las Primicias que acompañaron a Cristo en su Ascensión al Cielo, después de resucitar. Es decir, que llevan allí 2 Milenios morando con Yahweh.

Mientras el Hijo del Hombre no ascendiera al Cielo, ningún ser humano sin redimir tenía el derecho de poder entrar en la estancia celestial. El envejecimiento no existe en el Cielo. Todos los ángeles tienen aspecto joven. Así que estos 24 hombres, o bien envejecieron anteriormente en su vida en la Tierra, o bien son personas que han vivido mucho tiempo y por eso se les llama ancianos. En el caso especial del Dios Padre se le llama El Anciano de Días, porque siempre ha vivido mucho, no porque esté viejo, naturalmente.

"Y delante del Trono había como un Mar de Vidrio semejante al cristal" Apocalipsis 4:6. Es decir, en el Cielo, donde está el Trono del Dios Padre, se extiende a modo de suelo un Mar de Vidrio sobrenatural.

Después en el capítulo 5, el profeta Juan nos sigue contando lo que sucede en el Cielo:
"Y miré, y vi que en medio del Trono y de los 4 Seres Vivientes, y en medio de los Ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía 7 cuernos y 7 ojos, los cuales son los 7 espíritus de Dios enviados por toda la Tierra". Apocalipsis 5:6

Pero después tiene lugar la Parousía, la Venida de Yahweh a la Tierra.

"Miré cuando (Jesús, el Cordero) abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.

Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: escondednos del rostro de aquél que está sentado sobre el Trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?" Apocalipsis 6: 12 al 17.


Los poderosos se esconden en las cavidades para esconderse del que está sentado en el Trono (el Dios Padre) y del Cordero (Jesús). Una vez más en esta situación, los testigos oculares de la Parousía, en este caso, tanto los malvados como los supervivientes, se percatan de que tanto el Gran Dios Padre Todopoderoso como el Cordero han venido a la Tierra para ajustar las cuentas; tienen miedo y se esconden.

Muchos confunden La Gran Explanada con El Mar de Vidrio, y se hacen un lío. Piensan que ambas cosas están en el Cielo, y que ambas cosas son la misma. No es así. Aclaremos este punto:

La Gran Muchedumbre de los redimidos de todo pueblo lengua tribu y nación, son los salvados de todos los tiempos, y ellos se concentrarán en número de millones en una Gran Explanada, llevando palmas verdes en las manos, que es una referencia a la Fiesta antigua judía de los Tabernáculos. En esa Fiesta Solemne, la más importante, última, la número 7, y culmen de año, los judíos acudían a Jerusalén y hacían pequeñas cabañas o enramadas con ramas, normalmente con palmas verdes, y esto aludía a la morada en la Tierra Prometida, que por extensión apunta también a la futura Nueva Jerusalén.

Sin embargo, el Mar de Vidrio, es un suelo sobrenatural de color azul zafiro con luminiscencias de oro, que se extiende alrededor del Trono del Dios Padre. Apocalipsis 15:2 nos dice que los Mártires de la Gran Tribulación serán recibidos en el Mar de Vidrio. El color azul del Trono de Dios y de su suelo de cristal hace referencia a la Ley de Dios; por ello las Tablas de la Ley de los 10 Mandamientos eran de color azul, sacados del mismo material del Trono de Yahweh.

Así que vemos que son 2 cosas distintas: el Mar de Vidrio es el suelo alrededor del Trono de Dios que acogerá a los mártires cristianos. Y la Gran Explanada acogerá a la Gran Muchedumbre, es decir a todos los salvados, resucitados o supervivientes, que recibirán con palmas a Jesús en su 2ª Venida.

El suelo que tiene que acoger a la Gran Muchedumbre tiene que ser una extensión muy grande, para recibir a millones y millones de personas, de todas las tribus pueblos y lenguas de todos los tiempos, y por eso se trata de una Gran Explanada.
Sin embargo el Mar de Vidrio no es tan grande; no va a acoger a tantas millones de personas, sino solo a un número determinado, los santos mártires, y por ello es un espacio más reducido, y que está inmediatamente alrededor del Trono.

Los mártires no son todos los salvos cristianos. Porque hay gente cristiana que resucitará y vivirá y nunca fueron mártires de nada. Sin embargo, todos ellos, los mártires y todos los demás redimidos, reinarán con Cristo. Luego volvemos a este punto para aclarar mejor.

Como hemos dicho antes, una vez que Jesús ha pisado sus pies sobre el Monte de los Olivos, después se dirige al Monte Sión, y allí se establece, se levanta, de manera sobrenatural, el Trono de Jesús, que va a estar situado en el Monte Sión de Jerusalén permanentemente durante todo el Milenio.

"Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con El, entonces se sentará en su Trono de gloria" Mateo 25:31.

Es decir, Jesús no se lleva a nadie al Cielo; viene a la Tierra porque va a reinar en la Tierra durante todo el Milenio, y cuando llega, como dice el texto, establece su propio Trono, exactamente en el Monte Sión, en donde antaño estuviera el Templo de Jerusalén. Y este Trono de Jesús estará enmarcado dentro de una gran Fortaleza Santuario o Templo, que habrá en el Monte Sión, en la zona alta de Jerusalén.

"Y oí uno que me hablaba desde la casa; y un varón estaba junto a mí, y me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi Trono, el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre" Ezequiel 43: 6 y 7.

En este pasaje anterior, Jesús y Ezequiel se encuentran, en visión espiritual, dentro del Templo de Jerusalén, y Jesús le da a entender que cuando venga en su 2ª Venida, sus pies pisarán este lugar sagrado, y no solo eso sino que además habitará allí para siempre. Lo cual nos aclara dónde va a vivir Jesús, exactamente, durante el Milenio, no en ningún cielo, sino en el Santuario de Jerusalén.

El Monte de Sión será un monte amplio y formidable, porque también evocará la futura Ciudad Santa que bajará del Cielo más adelante. La ciudad de Jerusalén seguirá existiendo durante el Milenio, aunque evidentemente, cambiará de aspecto.

LA TRONO NAVE DE JESUS

El Trono de Jesús sobre el Monte Sión en Jerusalén es sobrenatural, similar al Trono del Dios Padre, y tiene igualmente un suelo de color azul zafiro, con resplandescencias de fuego, un Mar de Vidrio sobrenatural y maravilloso, que se extiende alrededor del Trono de Cristo, y que es como el suelo que hay alrededor del Trono del Padre en el Cielo.

Dicho de otro modo: ¿Estará un Dios Yahweh, y Jesucristo es un Dios Yahweh, reinando en un Trono que no tenga su forma y suelo de Mar de Vidrio como de zafiro azul, tal como dice la Biblia? Evidentemente y de acuerdo con la Escritura, el Trono de Yahweh tiene exactamente esa forma descrita como de piedra de zafiro azul y esas características únicas de mar vítreo.

El Trono del Dios Padre siempre ha permanecido en el Cielo, y nunca descendió a la Tierra. Hemos dicho que tanto el Dios Padre como su Trono Supremo nunca han bajado ni tocarán la Tierra. Sin embargo el Trono del Hijo ya descendió a la Tierra en otras ocasiones anteriores. Veámoslo.

En Exodo cap 19 el campamento hebreo aguarda en las proximidades del Monte Sinaí, a la espera de que suba Moisés para recoger las Tablas de la Ley que Yahweh Hijo va a entregarle.

"Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Yahweh había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante. Y descendió Yahweh sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Yahweh a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió". Exodo 19:16 al 20

En el libro de Exodo, Moisés y los Ancianos israelitas suben al Monte Sinaí:
"Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno". Exodo 24:9 y 10.
Para quien no lo sepa, el Dios al que se hace referencia aquí no es el Dios Padre sino Yahweh Hijo, antes de su encarnación para venir como hombre a la Tierra.

Se podría decir como que Yahweh Hijo, es decir, Jesús, tenía a su disposición una Trono-Nave con la cual podía aparecer en cualquier lugar de la Tierra, tomar tierra, o desplazarse y viajar con ella de un lugar a otro. Esta Trono-Nave descendió sobre la cumbre del Monte Sinaí, y durante su descenso produjo humo, nube, truenos y relámpagos, y quemó la cumbre del monte.

El suelo de esa Trono Nave era, como dice el texto, un embaldosado de zafiro azul, es decir, un Mar de Vidrio, y de ese material precioso Jesús fabricó las dos Tablas de la Ley y se las entregó a Moisés en mano. Como después Moisés rompió esas Tablas arrojándolas al suelo, porque abajo de la montaña el pueblo de Israel se había corrompido y levantado estatua al becerro de oro, entonces Yahweh Hio dijo a Moisés que se confeccionara dos tablas de piedra y que las subiera de nuevo al monte, para grabar en ellas los 10 Mandamientos. Pero las Tablas originales eran del material maravilloso que tenía la TronoNave, como de piedra azul de zafiro.

Esto no debe sorprendernos. El ejército celestial de Dios posee muchas naves voladoras:
"Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares" Salmos 68:17.

Más claro todavía vemos la intervención de Jesús con su TronoNave en Ezequiel:
"Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente. Y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y sobre las cabezas de los seres vivientes aparecía una expansión a manera de cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas. 


Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro (azul); y sobre la figura del trono había un semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. 

Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor. Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Ezequiel 1:4,5,22, 26, 27 y 28.

Después de este episodio, el profeta Ezequiel cuenta que Yahweh le subió a bordo de su TronoNave y le transportó rápidamente hasta la ciudad de Tel-Aviv, para que les diera un mensaje a los cautivos israelitas que allí se encontraban. Y Ezequiel quedó muy sorprendido y perplejo:

"Me levantó, pues el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano de Yahweh era fuerte sobre mi. Y vine a los cautivos en Tel-Abib, que moraban junto al río Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos". Ezequiel 3:14 y 15.

Y otro episodio parecido le aconteció al profeta Isaías:
"En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo". Isaías 6:2, 4.

Como hemos visto en estos ejemplos acontecidos en la antigüedad, a Jesús, durante su 2ª Venida, no le costará nada posar con su Trono Nave en lo alto del Monte Sión, en Jerusalén. Ya lo hizo anteriormente en otras ocasiones y en otros escenarios.

Por lo tanto, alrededor de este Trono de Jesús, sobre una parte del Monte Sión, se extenderá un suelo azulado, como embaldosado de zafiro, con trazas resplandecientes doradas. He ahí entonces el Trono de Yahweh y su correspondiente Mar de Cristal azulado, en la Tierra, que Jesús ha traído desde su morada que tenía en el Cielo junto al Padre Yahweh. Y el Dios Padre sigue manteniendo su propio Trono en el Cielo.

LOS SANTOS MARTIRES SOBRE EL MAR DE VIDRIO



Entonces los Santos Mártires cristianos que han sido asesinados o perseguidos por causa de Cristo, la mayoría de ellos muertos y resucitados, y algunos de ellos vivos y transformados, son reunidos en el Mar de Cristal que se extiende como suelo de alfombra ante el Trono de Yahweh Hijo sobre el Monte Sión de Jerusalén. No todos los salvos, sino Ellos, los Mártires, y solo ellos, son los únicos que tienen el privilegio de poder pisar el Mar de Vidrio junto al Trono de Jesús. (Ver imagen del dibujo). Estos héroes de la fé recibirán la máxima distinción, condecoración, honores y jerarquía dentro de la Realeza que va a co-reinar con Cristo durante el próximo Milenio, y después también.

Podemos citar algunos nombres, entre ellos Esteban, que fue apedreado por predicar el Evangelio de Cristo. También los apóstoles, que acabaron perseguidos y ejecutados. Los cristianos caídos ante las fieras en los circos romanos. Etc... Todos ellos serán la cabeza de la Realeza, después del Rey.

Yahweh es un Dios de orden, y al igual que los ángeles tienen distintas jerarquías y categorías, de igual manera habrá distintas jerarquías dentro de la Realeza de los Reyes Sacerdotes, que son todos los santos de todas las épocas.

"Vi también como un Mar de Vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la Bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el Mar de Vidrio, con las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues solo Tu eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado". Apocalipsis 15: 2 al 4 

Como vemos, a los mártires resucitados o supervivientes se les entregará unos instrumentos musicales, unas arpas, para realizar unos cánticos, mientras que a los salvos santos de la Gran Muchedumbre se les entregará unas ramas de palmas verdes, además de unos vestidos blancos.
Atención cuando el texto dice que todas las naciones vendrán a adorar a Dios. ¿A dónde han de venir? A Jerusalén, al Monte Sión, durante el Milenio, y después del Milenio a la ciudad "La Nueva Jerusalén", que sustituirá a la Vieja Jerusalén.

Las naciones viven en La Tierra, no en el Cielo, y acudirán a Jerusalén, la futura capital del mundo, a adorar y a reconocer a Dios, tal como relata el profeta Isaías, hablando acerca del Milenio en la Tierra: "Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, (Sábados y Fiestas Señaladas por Dios) vendrán todos a adorar delante de mi, dijo Yahweh". Isaías 66:23
Lo cual nos demuestra también que estos mártires están en la Tierra, en Jerusalén, en el Mar de Vidrio del Monte Sión, y no en ningún Cielo espirituoso o etéreo.

Pero también habrá gente común, que sin ser cristianos eran buenas personas, que afortunadamente sobrevivirán a la Gran Tribulación Final y serán testigos de la 2ª Venida de Jesús. Estos estarán con vida y salvos, pero no serán de la Realeza. Solo los fieles santos de Dios formarán la Realeza, no todas las personas. Puesto que los pocos, los Reyes, reinan sobre los muchos, la población común.

LOS 144.000 SUPERVIVIENTES HEBREOS

Otro cuerpo de gran jerarquía, aunque menor que los Santos Mártires, serán los 144.000 hebreos o descendientes de hebreos, no de la antigua religión judaica, sino cristianos fieles, escogidos por Dios, personas de la máxima pureza cristiana, que acompañarán a Cristo en la cima del Monte Sión, cerca del Mar de Cristal en donde se encuentran ahora los Santos Mártires. (Ver el dibujo).

Los 144 mil hebreos son supervivientes vivos, que han sobrevivido a la Gran Tribulación Final de Apocalipsis, porque tenían un sello especial puesto en sus frentes por orden de Dios y están vivos. Estos no son la Gran Multitud, ya que son "las Primicias" de los fieles de Dios, un Cuerpo Especial.

Su número es literal. Todos los números que aparecen en Apocalipsis son literales, mientras que algunas figuras sí pueden ser simbólicas. Esto a pesar de que hay algunas confesiones religiosas que afirman erradamente que 144 mil es un número simbólico para referirse a mucha gente. Sin embargo en el caso de la Gran Muchedumbre que lleva palmas en las manos, la Escritura se refiere a ellos como una gran multitud que no se podía contar.

Estas religiones cristianas animan a los creyentes a portarse bien para que algún día puedan llegar a formar parte del grupo escogido de los 144 mil, y esto no tiene fundamento de esa manera, ya que no debe guiarnos una ambición de poder o status de privilegio personal dentro del Reino de Dios, sino nuestra fe en Dios y la vocación de servicio hacia los demás, sin preocuparnos nuestro rango o el premio codiciable a obtener en detrimento de otros semejantes.

Los 144 mil no son tampoco los Santos Mártires, ya que éstos últimos murieron y resucitaron (en su gran mayoría; algunos fueron martirizados y lograron sobrevivir). De igual manera, la mayor parte de la Gran Muchedumbre de los santos redimidos de todos los tiempos, murieron y resucitaron; algunos de ellos lograron sobrevivir en el Tiempo Final, a pesar de la Persecución. Mientras que todos los 144 mil hebreos son vivos supervivientes.

Algunas religiones cristianas afirman que cualquier persona podría pertenece a este grupo, simplemente limpiando sus manchas en la sangre del Cordero, pero esto no es así de fácil. El texto dice que son hebreos o sus descendientes pertenecientes a las 12 Tribus de Israel. Normalmente los que provienen de familia hebrea, aunque vivan en otros países, siguen conservando sus antiguas tradiciones judaicas. Han sido las personas más puras que Dios ha encontrado de estas 12 Tribus israelitas durante el Tiempo Final. Y son una representación del Pueblo Escogido de Dios que era Israel, el cual ha tenido un papel muy relevante durante toda la Historia Bíblica. Precisamente su número es 144000 porque se refiere a las 12 Tribus de Israel, 12.000 hebreos por cada Tribu.

Actualmente el Pueblo Escogido de Dios es la Iglesia que fundó Jesús, la cual puede incluir a occidentales, israelitas y creyentes fieles de todos los pueblos de la Tierra.

Otra confusión a la que inducen las religiones cristianas actuales es pensar que esos 144.000 serán los únicos supervivientes. Esto no es cierto. Los 144000 solo son los 144000 hebreos sellados por Dios, primicias para acompañar a Jesús en el Monte Sión.

Hemos visto que también están los santos mártires en el Mar de Cristal que hay junto al Trono de Jesús. Y después está la Gran Muchedumbre de todos los pueblos concentrados en la Gran Explanada que mira hacia el Monte Sión. Pero es que además habrá muchos habitantes corrientes, que no eran cristianos, resistentes civiles, que tampoco se dejaron marcar por la Bestia, o que simplemente sobrevivieron escondidos en algunos lugares, y de los cuales Dios no tenía cargos contra ellos.

Así que es totalmente falso que los 144000 sean gente corriente que pertenezcan a las iglesias occidentales actuales y que vayan a ser los únicos supervivientes en el Tiempo del Fin. Nada que ver, eso no es más que un "cuento chino" con el que las iglesias venden su proselitismo.

"Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el Monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. (Ver el gráfico explicativo) Y oí una voz del Cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas.

Y cantaban un cántico nuevo delante del Trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la Tierra". Apocalipsis 14:1 al 3.

Vemos que hay 2 grupos que cantan: los mártires tocan unas arpas y cantan el cántico de Moisés y del Cordero. Por su parte, los 144000 hebreos cantan un cántico nuevo mientras que a la vez se oyen unos sonidos de arpas que provienen del Cielo. (Ver el dibujo ilustrativo)

En Apocalipsis 14:3 cuando dice que los 144000 cantaban un cántico nuevo "delante" del Trono, delante de los 4 seres vivientes y delante de los 24 Ancianos, la palabra "delante" se puede traducir también como "A la vista de", lo cual es correcto según la traducción. Entonces tenemos que mientras los 144 mil cantan, están cantando a la vista del Trono del Padre y su séquito, el cual se encuentra suspendido en el aire atmosférico a una cierta altura determinada, en la vertical justamente sobre el Monte de Sión. Lo cual también es correcto.

Pero dirán algunos desconfiados: ¿Cómo sabemos en realidad que los 144000 no estan en el Cielo, si todas las religiones cristianas comunes nos dicen que están en el Cielo? Pues muy sencillo, la misma Escritura nos dice que están en la Tierra. Vuelva a leer con atención el comienzo de la cita anterior:

"Después miré, y he aqui el Cordero estaba sobre el Monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil". (Apocalipsis 14:1).

Más claro ya no lo puede decir. Dice que El Cordero y los 144000 se encuentran sobre la cima del Monte Sión, el alto de la ciudad de Jerusalén, en donde anteriormente estaba el Templo de Salomón. Y que sepamos la ciudad de Jerusalén está en la Tierra y siempre ha estado en la Tierra.

Aquí vemos, una vez más, cómo caen las máscaras de las mentiras que nos han hecho tragar siempre las doctrinas de las iglesias comunes, y cómo nos han hecho ver que todo el acontecimiento de la 2ª Venida transcurre en el Cielo, cuando en realidad la Escritura nos dice claramente que transcurre aquí en nuestra misma Tierra.

Ambos grupos se encuentran sobre el Monte Sión, acompañando al Cordero en su Trono recién establecido. Los 144000, que son bastante gente, están por todo el Monte Sión, que es amplio, mientras que solo los mártires se encuentran pisando el Mar de Vidrio azulado junto al Trono de Jesús.

Imaginemos por un momento la imagen panorámica de este gran acontecimiento. Un joven de la cultura de hoy en día diría que esa escena le parecería como una especie de Concierto musical al aire libre; el monte hace de escenario; los que allí subidos se encuentran están cantando. De la zona más interior del monte, donde está el suelo de Mar Vítreo, provienen los sonidos de arpas de los mártires y sus propios cánticos, más los cánticos de los 144.000 hebreos que están en el resto del Monte Sión, acompañados de una música de arpas que proviene de lo alto, en donde se encuentran el Trono del Dios Padre con su séquito real más todo el acompañamiento de millones de ángeles. Bajo el Monte, en la Gran Explanada, la Gran Muchedumbre de salvos hace como si fuera el público de ese "Concierto", agitando palmas verdes en sus manos. Y todo ello en la Tierra, en Jerusalén.

LA GRAN MULTITUD VESTIDA DE ROPAS BLANCAS


"Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante (A la vista) del Trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: la salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el Trono, y al Cordero". Apocalipsis 7:9 y 10.

La Gran Muchedumbre de salvos redimidos de todas las naciones se encuentra ciertamente a la vista del Trono del Padre, que está visible en lo alto sobre la vertical del Monte Sión. (Ver el gráfico). Sin embargo note cómo el texto dice que el Cordero sí que está presente, porque está físicamente pisando con sus pies sobre la cima del Monte de Sión. El Trono del Padre está a la vista en lo alto, y el Cordero está presente abajo en la Tierra con ellos. Vuelva a leer la cita anterior.

La gente suele confundir a la Gran Multitud con los Mártires. Ellos no son los Santos Mártires. La Muchedumbre no canta ni toca instrumento alguno; están vestidos con ropas blancas y agitan en sus manos unas ramas de palmas verdes celebrando así la Fiesta de los Tabernáculos en la inauguración del Nuevo Milenio, con Jesús entre ellos. Y están en una gran explanada, capaz de albergar a millones de personas.

Sin embargo los santos mártires forman un número mucho más reducido de personas; están cantando el cántico de Moisés y del Cordero, y además están tocando unos instrumentos musicales, arpas, mientras pisan el Mar de Vidrio de color azul zafiro.
Los mártires están arriba en lo alto de la cima del Monte Sión. Mientras que la gran multitud de salvos se encuentra abajo, en la gran explanada, mirando hacia el Monte y hacia el Trono.

"Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del Trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del Trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos, Amén". Apocalipsis 7:11 y 12.
Esta acción descrita transcurre en lo alto, sobre la vertical del Monte Sión, donde se encuentra el Trono del Padre, su séquito y sus ángeles.

EL CAMPAMENTO DE LOS SANTOS

"Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso están delante (A la vista) del Trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo, y el que está sentado sobre el Trono extenderá su tabernáculo sobre ellos". Apocalipsis 7:13 al 15.

Sobre el Monte Sión será construída una Fortaleza Santuario, también llamado Templo, que sustituirá al antiguo Templo de Salomón en Jerusalén. Y en su interior estará el Trono de Yahweh Hijo. Dice el texto que la Muchedumbre se halla a la vista del Trono de Yahweh, lo cual es cierto, tanto del Trono que está en lo alto como del Trono que está abajo en la Tierra, y le sirven en el Templo, la nueva Fortaleza Santuario de Sión que acabamos de mencionar que será allí alzada, lo cual también será cierto, evidentemente. En este caso se refiere al Santuario que se instalará sobre el Monte Sión, no a ningún templo en el Cielo. Además si le sirven día y noche, eso es propio de la Tierra.

Cuando el texto dice que el que está sentado sobre el Trono extenderá su tabernáculo sobre ellos, se refiere primeramente a la Fortaleza Santuario que habrá sobre el Monte Sión, y paralelamente también se refiere a la Ciudad Santa que descenderá a la Tierra después del Milenio de Cristo, y en la cual habitarán los santos.

Esta Fortaleza Santuario que habrá sobre el Monte Sión, también conocida como el Templo de Sión en el Milenio, es llamada por Apocalipsis también como el Campamento de los Santos. Aquí dentro se refugiarán los santos cuando el Diablo y sus huestes de maldad ataquen Jerusalén al final del Milenio.

"Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la Tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.


Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el Campamento de los santos y la ciudad amada (Jerusalén); y de Dios descendió fuego del cielo y los consumió". Apocalipsis 20:7 al 9.

Uno de los muchos santos y testigos presenciales que estarán allí, en la Fortaleza del Monte Sión resistiendo el Gran Ataque de la Coalición Maligna, al final del Milenio, será el Rey David, y es curioso ver cómo en sus Salmos describe ese ataque futuro:

"Cuando se juntaron contra mi los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mi, no temerá mi corazón; aunque contra mi se levante guerra, yo estaré confiado.

Una cosa he demandado a Yahweh, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Yahweh todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Yahweh, y para inquirir en su templo.

Porque El me esconderá en su Tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Yahweh" Salmos 27:5 y 6.

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