En Apocalipsis cap 21 vers 1, el profeta Juan dice:
"Ví un cielo nuevo y una tierra nueva".
La Tierra será hecha nueva o renovada, pero el cielo terrestre, que es el primer cielo, también será renovado.
Para entender cómo será el nuevo cielo terrestre, primero tenemos que saber cómo era el cielo terrestre original que había en los tiempos en los que vivían Adán y Eva en el Jardín del Edén.
En el libro de Génesis, cap 2 vers 4 al 6, se nos dice que en ese tiempo no existía la lluvia, pero que subía de la tierra un vapor de agua, el cual regaba toda la faz de la tierra. Es curioso este extraordinario detalle, que la mayoría de la gente no conoce.
Y por otra parte, además de los lagos y océanos, en la zona atmosférica, es decir en el cielo, existía una capa de agua que rodeaba a todo el planeta. Había entonces 2 capas de agua sobre la Tierra; una capa de agua en los océanos, y otra capa de agua arriba en lo alto, por encima de la atmósfera.
Esta capa atmosférica de agua constituía un escudo protector natural, que regulaba el nivel de oxígeno, manteniéndolo en un estado de equilibrio perfecto para que no provocase la sobre-oxidación que hoy en día tiene lugar, ya que ese escudo acuoso atmosférico ya no existe. Además esta coraza celeste de agua protegía al planeta de posibles efectos de los rayos solares, ondas electromagnéticas, y de cualquier tipo de influencias energéticas del espacio exterior.
En los primeros tiempos de vida en la Tierra, había una coraza protectora de agua que rodeaba la atmósfera de todo el planeta.
"Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas". Génesis cap 1 vers 6.
Si observamos un detalle, en los primeros tiempos de la historia de la humanidad, que narra la Biblia en el libro del Génesis, las primeras generaciones de seres humanos disfrutaban de una gran longevidad, de una vida bastante larga, ya que el entorno natural era mucho más sano que el mundo actual. Así, se nos muestra que vivieron una serie de personajes, como Adán, que vivió 800 años; Set, el hijo de Adán, vivió 912 años; Enós, el hijo de Set, vivió 905 años; el famoso caso de Matusalen, que era un descendiente de todos ellos, vivió el record de 969 años, y así muchos otros personajes en el primer período de vida en la Tierra. Es algo impresionante.
Pero más adelante, en tiempos del desciende Noé, Dios Yahveh envió el Diluvio Universal sobre toda la Tierra, para eliminar toda la maldad que reinaba sobre el planeta. Así que toda la capa inmensa de agua que protegía desde la atmósfera a todo el planeta, cayó sobre toda la Tierra, inundándola.
El Diluvio Universal descargó toda el agua que había en la capa acuosa de la atmósfera; sus consecuencias fueron catastróficas para todo el planeta, no solo por la tragedia en sí, sino porque además nos quedamos sin el elemento terrestre vital que protegía la vida.
El episodio de esta inundación, que devastó a toda la Tierra, ha sido reflejada en todas las antiguas culturas de la humanidad, en todos los continentes, testimoniando que sin duda aconteció en la realidad.
Al quedarse la Tierra sin el escudo protector de agua en la atmósfera, las condiciones de la vida perdieron calidad y se fueron deteriorando, acortando considerablemente la vida de todos los seres vivos. Nuestra atmósfera actual es nociva y venenosa, y si bien, por un lado nos permite que vivamos, a la larga nos oxida y nos mata con su composición venenosa , ya que la Tierra perdió su escudo biológico protector.
No solo nos hemos quedado sin la capa de agua que había por encima del cielo terrestre, sino que además las capas protectoras del cielo atmosférico y estratosférico han perdido sus cualidades originales y se encuentran contaminadas y dañadas; se sabe que la conocida capa de ozono está quebrada, rota. Y recientemente, el programa de satélites Themis de la Nasa, ha descubierto que el escudo electromagnético de la Tierra tiene un agujero gigantesco, dejándonos a merced de los efectos de las llamaradas solares y todo tipo de irradiaciones del Espacio.
Actualmente, el aire normal que respiramos, está infectado, lleno de todo tipo de microbios, ácaros, y elementos microscópicos patógenos. A modo de ejemplo, si dejamos fuera de la nevera, una loncha de jamón cocido o de york, al día siguiente está destruído. Eso es lo que nos hacen el aire y el oxígeno cada día.
Además, por si eso era poco, la Gran Inundación extinguió muchas especies vegetales y elementos de todo tipo que eran muy ricos en propiedades benéficas y en todo tipo de cualidades curativas, imprescindibles para la longevidad y la salud natural.
Toda esta exposición acerca del estado de cómo se encuentra nuestro cielo terrestre actual, nos muestra el deplorable estado del Cielo de la Tierra, que deteriora y destruye la vida en el planeta. Se hace necesaria, vital, y urgente, una reparación exhaustiva del techo natural de nuestro planeta, para que pueda preservar óptimamente la calidad de vida en la Tierra.
Durante la Era Nueva que establecerá Jesucristo a partir de su 2ª Venida, la Tierra volverá de nuevo a aumentar y a equilibrar su sanidad, su calidad biológica, y sus propiedades benéficas y naturales. Tanto el planeta en sí como la atmósfera serán limpiados y restablecidos, posiblemente, o seguramente, a su situación original de pureza natural. El aire de la atmósfera ya no resultará peligroso ni nocivo para los seres vivos, ni el oxígeno oxidará ninguna forma de vida, sino que las condiciones naturales serán óptimas y perfectas.
No obstante, aparte de un restablecimiento de las condiciones originales de la vida, es muy posible que además sean creados nuevos elementos cósmicos que perfeccionen y equilibren La Tierra y todo el Universo mucho más aún que en su primer estado original, cuando ya no exista la muerte, ni la maldad ni los entes maléficos de las tinieblas.
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