Después de 34 años de Adoctrinamiento ideológico, las mentes de los adeptos nacionalistas han quedado severamente traqueteadas. Solo un Tratamiento psicológico y sociológico de desintoxicación ideológica puede curar esta "enfermedad", que ha sido inoculada, a lo largo de las últimas décadas, por la Elite Oligárquica Nacionalista.
Hay un aspecto que no han entendido bien los españoles en general, y es que, debido precisamente a ese adoctrinamiento de odio, los Nacionalistas Separatistas Anti-Españoles, sienten, razonan, y actúan, con una "Mentalidad de Guerra", contra un hipotético enemigo, claro está, que según ellos, es España.
Ellos, los nacionalistas, están en guerra, y se sienten en guerra, culturalmente, ideológicamente, políticamente, socialmente, empresarialmente, y de todo tipo de formas... contra España.
Y mientras esto sucede, los españoles, en general, están tranquilos, se sienten en paz, y viven con una mentalidad de convivencia cívica; no son conscientes de estar en ninguna guerra.
De hecho, la multitud de organizaciones separatistas que se encuadran dentro de la ANC, Asamblea Nacional Catalana, maquinan y trabajan las 24 horas del día, los 365 días del año, única y exclusivamente para ir en contra de España, lesionar, y atentar contra los intereses de España.
Así que, visto lo visto, desde mi punto de vista, y es una opinión personal, España nunca debió permitir la legalización de organizaciones y partidos nacionalistas separatistas. Estas organizaciones deberían estar prohibidas por ley, ya que toda su actividad se va a dedicar a intentar destruir la nación española.
En un país normal, historicamente democrático, como puede ser por ejemplo, Estados Unidos, cualquier organización que conspirase para conseguir la secesión de cualquier territorio estadounidense, caería rápidamente en las manos del FBI, y sería totalmente desmantelada, acabando todos sus responsables en prisión.
En un país como Estados Unidos, una hipotética ANC duraría solo unas horas en manos del FBI
Por lo tanto, ante estas actitudes y movimientos fanáticos, insolidarios, y xenófobos, destructores de la convivencia y la paz social, y que actúan con una mentalidad de odio y de guerra, hacia todos los españoles, solo caben, por parte del Estado Español, las únicas respuestas válidas, que son las respuestas de la fuerza, es decir, respuestas policiales, judiciales y penales, y llegado el caso, respuestas militares.
Poner paños calientes, hacer reuniones inútiles, dar discursos, y todo ese tipo de iniciativas blandas, criticando desde lejos la intransigencia nacionalista, no resuelven nada y aumentan más el problema.
Todo nacionalismo de nuevo cuño, como son el nacionalismo catalán y vasco, son implícitamente Expansionistas e Imperialistas; nunca se darán por satisfechos, y por tanto, suponen un peligro potencial para la estabilidad y la paz en Europa, trayendo el triste recuerdo del genocida Milosevic y monstruos similares en la Guerra de Yugoeslavia (1991-1995).
Imaginemos que en un hipotético Referendum por la Secesión, el 40 % de la población de esa región no desea la separación, pero pierde la consulta. ¿Qué van a hacer los nacionalistas con ese 40% de población que no quieren la partición, cuando ese 40% son varios millones de personas? ¿Los van a montar en unos carromatos y les van a decir que se vayan? ¿A dónde, si ellos son catalanes?...
Por eso es que en caso de celebrarse este tipo de consultas nacionalistas, que van contra la Historia de España, contra las leyes, y contra la convivencia social, el respaldo que deberían de sacar los nacionalistas en las urnas debería de ser, como mínimo, entre el 95 % y el 100% de los votos recogidos, para demostrar que existe realmente una mayoría completa, y no parcial, ni de una mitad. Ya que si la secesión es respaldada por un 70%, un 60%, un 50%, o un 40%, no vale, puesto que la otra mitad en desacuerdo también representa a millones de personas, ciudadanos catalanes.
Y aún así y con todo, con un supuesto 99% de votos favorables, tampoco habría justificación histórica ni legal ni social para forzar a una partición. Quien vota la fractura es, sencillamente, porque ha sido consumidor de un Programa artificial de Adoctrinamiento Colectivo.
Todo este razonamiento nos evidencia que una Secesión en España no tiene pies ni cabeza, y es Inviable, se mire por donde se mire. Pero los Partidos Nacionalistas se han convertido en máquinas de manejar millones de euros, y el Nacionalismo se ha convertido en un gran negocio financiero, de tal manera que los nacionalistas ya no pueden ni quieren parar su propia inercia hacia el Absurdo. Pues si cierran sus Sedes de Partidos, se acabó el negocio y el Poder.
La solución más efectiva para resolver este problema, a mi juicio, es prohibir por ley toda organización nacionalista separatista, y tipificando como delito todo comportamiento secesionista, como el adoctrinamiento en los medios y en las escuelas, incitar al odio entre territorios, etc...
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