Cuando el niño Noé nació su carne era más blanca que la nieve, mas roja que la rosa, su pelo era blanco como la lana pura, espeso y brillante. Cuando abrió los ojos iluminó toda la casa como el sol y toda la casa estuvo resplandeciente. Entonces el niño se levantó de las manos de la partera, abrió la boca y le habló al Señor de justicia.
El temor se apoderó de su padre Lamec y huyó y fue hasta donde su padre Matusalén. Le dijo: "He puesto en el mundo un hijo diferente, no es como los hombres sino que parece un hijo de los ángeles del cielo, su naturaleza es diferente, no es como nosotros; sus ojos son como los rayos del sol y su rostro es esplendoroso. Me parece que no fue engendrado por mí sino por los ángeles y temo que se realice un prodigio durante su vida".
Anthony Hopkins interpreta a Matusalén, el abuelo de Noé.
Entonces Lamec imploró a su padre Matusalen a que fuera a visitar a su padre Enoc, cuya residencia se decía que estaba con los ángeles, a fín de que Enoc dijera la verdad sobre este niño llamado Noé.
Esta descripción que hace el Libro de Enoc acerca de Noé, ha dado rienda suelta a muchas elucubraciones e interpretaciones que han trazado muchos autores y escritores, especulando con la idea de que Noé era un ser sobrehumano, un Semidios, un Nefilim, hijo de una mujer humana y de un ángel rebelde, un demonio, establecido en la Tierra.
Pero la especulación se queda solo en eso, ya que el mismo Libro de Enoc se encarga también de aclararnos el verdadero origen del niño Noé. Llegado Matusalén ante su padre Enoc, le preguntó acerca del verdadero origen de su nieto Noé, y el padre Enoc le respondió, aclarando todas sus dudas:
- "Ciertamente restaurará el Señor su ley sobre la tierra, según vi y te conté, hijo mío. En los días de Yared, mi padre, transgredieron la palabra del Señor. He aquí que pecaron, transgredieron la ley de Yahweh, la cambiaron para ir con mujeres y pecar con ellas; desposaron a algunas de ellas, que dieron a luz criaturas no semejantes a los espíritus, sino carnales.
Habrá por eso gran cólera y diluvio sobre la tierra y se hará gran destrucción durante un año. Pero ese niño que os ha nacido y sus tres hijos, serán salvados cuando mueran los que hay sobre la tierra. Entonces descansará la tierra y será purificada de la gran corrupción.
Ahora díle a Lamec: él es tu hijo en verdad y sin mentiras, es tuyo este niño que ha nacido; que le llame Noé porque será vuestro descanso cuando descanséis en él y será vuestra salvación, porque serán salvados él y sus hijos de la corrupción de la tierra, causada por todos los pecadores y por los impíos de la tierra, que habrá en sus días.
A continuación habrá una injusticia aun mayor que esta que se habrá consumado en sus días. Pues yo conozco los misterios del Señor, que los santos me han contado y me han revelado y que leí en las tablas del cielo.
Yo vi escrito en ellas que generación tras generación obrará el mal de este modo, y habrá maldad hasta que se levanten generaciones de justicia, la impiedad y la maldad terminen y la violencia desaparezca de la tierra y hasta que el bien venga a la tierra sobre ellos.
Ahora, ve a Lamec, tú hijo, y dile que este niño es, de verdad y sin mentiras, su hijo".
Los ángeles rebeldes y sus descendientes, los Nefilim, habían corrompido de maldad toda la Tierra, y también a los humanos, de manera que los pensamientos de todos los habitantes de la Tierra era de contínuo hacer el mal. Entonces Dios decidió destruir toda la vida sobre la Tierra. Pero encontró a Noé, el único hombre justo sobre la Tierra, y preservó a él y a su familia del Diluvio.
Gracias a Noé, la humanidad pudo seguir existiendo. Por lo tanto, el papel de Noé, fué, pues, importantísimo en la Historia de la Humanidad. Pues gracias a Noé, estamos todos nosotros aquí. Y sin Noé, ninguno de nosotros estaríamos hoy aquí en la Tierra.
Es por ello que Noé fué uno de esos grandes personajes bíblicos, un gran héroe de la Biblia, grande entre los grandes, como Sansón, David, Salomón, Juan el Bautizador, Pablo, etc... pues su misión en la vida sería nada más y nada menos que salvar a la humanidad, primero a una sola familia, la suya propia, y después a toda la humanidad futura que vendría después, y de la que nosotros formamos parte.
Gracias al trabajo que hizo Noé, también Jesucristo vino después a la Tierra, a cumplir su misión, pues había una humanidad para rescatar. Todo tenía una relación divina y sobrenatural.
Es evidente que una responsabilidad tan grande Dios no podría habérsela encomendado a cualquiera. Por eso es que Noé fué un ser humano muy especial, desde su nacimiento, y siempre estuvo protegido y bendecido por Dios Yahweh. Sí, Noé fué un ser humano, pero desde luego, un ser humano muy especial y protegido sobrenaturalmente, con cualidades excepcionales, y sobrenaturales.
Noé nunca pudo haber sido un hijo de los demonios, pues los demonios nunca han deseado salvar a la humanidad, sino que siempre han querido destruir toda la obra de Dios. Si hubiera sido hijo de un demonio, él también se habría corrompido y caído en maldad desde el primer momento. Y Dios nunca habría confiado el Arca y la salvación de la humanidad a un pariente directo de los demonios.
Noé vivió contra corriente en el contexto social de su época, y no se dejó influenciar por toda la contaminacion moral y maldad de sus contemporáneos, extrahumanos y humanos. Si Noé se hubiera corrompido también moralmente, entonces todo se habría perdido; la humanidad habría sido destruída y aniquilada por completo, y nosotros hoy no estaríamos aquí. Solo Noé, con la ayuda de Dios, pudo resistir y vivir sin dejarse influenciar, en medio de un mundo demoniaco y corrompido.
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