No solo hubo presencia extraterrestre durante la 2ª Guerra Mundial, sino que además colaboraron con los contendientes...
La OSS, la Oficina de Servicios Estratégicos, la antecedente de la actual CIA, y que operó directamente durante la 2ª Guerra Mundial, se encargó de trasladar a Estados Unidos una serie de materiales secretos, entre los que había Aviones Reactores Messerschmitt Me-163 Komet, Messerschmitt Me-262, Cañones de rayos sónicos, planos y materiales para construir bombas atómicas, y platillos volantes.
Mayoritariamente los científicos alemanes, como fué el caso de Wernher Von Braun, preferían entregarse al Ejército estadounidense, en vez de a los soviéticos, ya que de este modo esperaban un mejor trato y mejores acuerdos con los americanos. Estos mismos científicos tuvieron que colaborar con el Servicio Secreto norteamericano para recuperar todo el material científico que guardaban en secreto los nazis; los americanos debían recuperar todos los materiales secretos nazis antes de que fueran confiscados por los rusos.
El plan secreto del servicio secreto norteamericano para recuperar a los científicos y las armas asombrosas del Tercer Reich recibió el nombre de "Operación Paperclip".
En esta fotografía podemos ver a científicos alemanes y responsables militares de proyectos cientificos, entre los que se encuentra Wernher Von Braun, con su brazo izquierdo escayolado, rendidos a los aliados norteamericanos.
Es cierto que los científicos alemanes eran competentes, pero por ellos mismos no podían avanzar la tecnología de una manera tan extraordinaria y milagrosa. ¿De dónde habían sacado los nazis toda esa tecnología tan avanzada?
Dentro de las SS, existía una sociedad secreta llamada la Ahnenerbe, sociedad para la investigación de la herencia ancestral alemana, a la que pertenecían más de una veintena de distintos departamentos secretos. Uno de los departamentos secretos más conocidos de la Ahnenerbe era el encargado de buscar las reliquias sagradas de poder en distintos puntos de la Tierra, como la Lanza de Longinos, el Arca de la Alianza o la Mesa de Salomón.
Pero existía un departamento especializado, dentro de la Ahnenerbe, que se ocupaba, de una manera exclusiva, de contactar con los extraterrestres. El corazón y el gran templo sagrado, la Catedral de las SS, se ubicaba en el Castillo de Wewelsburg. Y desde estos aposentos sagrados y secretos del régimen nazi, el departamento secreto para el contacto extraterrestre de la Ahnenerbe, recibía instrucciones para la construcción de armas potentes y sofisticadas, aviones avanzados y ovnis.
Militares norteamericanos descargando el Ala Volante Nazi Horton Ho-229, en agosto de 1945.
Claro, que, como revelaron Werner Von Braun y otros científicos alemanes al servicio secreto americano, muchas de las veces los científicos alemanes no eran capaces de interpretar perfectamente esa información tecnológica tan avanzada, con lo cual, en el caso de la construcción de ovnis, no pudieron plasmar sobre la materia el 100% de la Ingeniería Inversa extraterrestre. No obstante, pudieron desarrollar unos prototipos de ovnis un tanto rudimentarios, que serían el modelo básico de un ovni, pero con sus capacidades técnicas un tanto limitadas.
Esta Ingeniería Inversa (Reverse Ingineering) extraída de las naves extraterrestres, se fué desarrollando después en el Area-51, en el Estado de Nevada, E.U., durante toda la época de la Guerra Fría.
Como a los científicos alemanes les costaba mucho reproducir un ovni original, pidieron ayuda de nuevo a los extraterrestres y éstos les respondieron que también podían hacerlo de otra manera: podían recuperar un objeto volador estrellado hace mucho tiempo que se encontraba en la zona de la Antártida. El estado material del ovni era bueno, y aunque les facilitaron las coordenadas geográficas de su situación, al parecer, no pudieron recuperarlo debido a que la nave se encontraba enterrada a muchos metros de profundidad, y además no había tiempo, con los aliados entrando ya en Alemania...
La tarea de recuperación del ovni de la Antártida prosiguió después mediante una expedición militar secreta estadounidense en 1947, bajo el mando del Almirante Richard Byrd, y con la información facilitada por los científicos y altos mandos nazis.
Hitler estaba excitado con las nuevas armas y deseaba que se desarrollara un poco más el programa de construcción de ovnis, para bombardear Nueva York y el Palacio de Buckingham, la Residencia oficial de la Familia Real en Londres; eso para empezar, claro...
La Marina de Estados Unidos llevó a cabo el El Experimento Filadelfia a partir de las instrucciones técnicas recibidas de parte de los extraterrestres.
Aunque la ayuda tecnológica extraterrestre se había volcado más de parte del bando de los nazis, también el Ejército norteamericano se benefició durante la 2ª Guerra Mundial de una serie de informaciones tecnológicas, transmitidas por los extraterrestres. El ejemplo más famoso fué el Raimbow Project, o Proyecto Arco Iris, más conocido como el Experimento Filadelfia, con el cual se pretendía hacer desaparecer un barco de guerra.
Hay otros episodios curiosos de presencia extraterrestre durante la 2ª Guerra Mundial, como es el fenómeno de los Foo-Fighters, extrañas bolas luminosas que aparecían por los cielos y que a menudo acompañaban a los aviones militares. Fueron vistos por pilotos japoneses, americanos, alemanes y británicos, y todos ellos llegaron a pensar si acaso podían tratarse de armas enemigas. Pero después de terminada la Guerra, seguían apareciendo igual.
En definitiva, los extraterrestres jugaron con ambos bandos de la contienda bélica y por consiguiente con todos los países involucrados en el conflicto.
Los extraterrestres colaboraron activamente en la 2ª Guerra Mundial, especialmente con los Nazis, y por lo tanto también con el Imperio del Terror y el Genocidio Nazi. Estos hechos deben de ser tenidos en cuenta por todos aquellos que presentan a los extraterrestres como los hermanos mayores cósmicos, los guiadores de la evolución de la conciencia humana, y todas esas pamplinas.
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