El satanista Aliester Crowley recomendó a Churchill que hiciera la señal de "V" de la victoria, porque sería una clave de poder para ganar la 2ª Guerra Mundial. En realidad es simplemente una señal satánica de hacer cuernos, ideada por un demente.
El primer ministro británico Winston Churchill ordenó mantener ocultas durante 50 años las visiones de objetos volantes no identificados (ovnis) por la Fuerza Aérea, supuestamente para no provocar un pánico masivo o trastornar las ideas religiosas de la gente.
Eso es lo que se desprende de una serie de documentos del Ministerio de Defensa británico que acaban de hacerse públicos, según ha informado la cadena oficial BBC.
El masón y ocultista Winston Churchill fué iniciado en la Logia antigua de los Druidas en 1908.
Las órdenes másonicas y ocultistas, especialmente las órdenes de Druidas, siguen celebrando sus ritos satánicos de adoración al dios Sol en las zonas megalíticas. A esta orden de Druidas pertenecía el primer ministro inglés Winston Churchill.
Churchill engañó a la gente, pero los extraterrestres le engañaron a él. Lo que no sabía Churchill era que las acciones de los ovnis no iban dirigidas directamente hacia la población civil sino hacia los gobiernos y a los estamentos del poder, y hacia las personalidades del poder como precisamente lo era él.
Churchill cayó en el juego de los extraterrestres. Procedieron los gobiernos británico y estadounidense tal y como querían exactamente los extraterrestres, ocultando la presencia extraterrestre a la población. De hecho, Los ovnis nunca jamás aparecieron en medio de las ciudades ni en medio de los estadios deportivos llenos de gente, solo en sitios aislados accesibles a los gobiernos.
Los ovnis montaban sus shows extraterrestres en campos desérticos como en Roswell, para que solo los militares pudieran recoger sin ningún problema los restos de las naves, y de ahí la información pasara directamente al Gobierno, saltándose a toda la población civil por encima, ya que se trataba de influir solo en los centros más grandes de poder que gobernaban el planeta.
Porque el razonamiento de los extraterrestres era muy sencillo: manipulando a los gobiernos más poderosos, como Washington, Londres y Moscú, además del Vaticano, podían manipular así a todos los seres humanos de la Tierra entera.
Nuestros gobiernos, todos, por estar controlados por las sectas iluminadas y masónicas, como la Orden satánica de los Druidas, a la que pertenecía Churchill, nos ocultaron información, nos mintieron, y se sometieron a los visitantes. Ahora los extraterrestres dirigen el Nuevo Orden Mundial y quieren controlar a todos los seres humanos insertándoles en sus frentes el microchip 666.
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